El día que casi meten al “bote” a Ringo Starr en Durango
Antes, como ahora, es muy difícil encontrar alguien de cierta edad que no identifique a Los Beatles; desde siempre, millones de jóvenes y adultos alrededor del mundo han aclamado a la desaparecida banda británica que se fue convirtiendo en universal, incluso cuando se disolvió, en 1970.
Paul McCartney, John Lennon, George Harrison y Ringo Starr personificaron el emblema de más de una generación que los idolatraba; sin embargo, no en todas partes eran tan venerados o conocidos, por ejemplo, en el Durango de 1980, cuando uno de los exBeatles, Ringo Starr, estuvo en nuestra ciudad para protagonizar la película “Caveman”, filmada en Sierra de Órganos y en calles céntricas de esta capital.
La cinta dirigida por Carl Gottlieb se estrenó en 1981 y, a diferencia de otras comedias, el guión se mantuvo sin diálogos todo el tiempo y la comunicación actoral fue basada en lenguaje de señas. Además de Ringo Starr, conformaron el elenco John Matuszack, Dennis Quaid, Barbara Bach y Shelley Long.
Cuando la filmación se desarrolló en Durango capital, todo el grupo se alojaba en el entonces Hotel Presidente, ubicado en avenida 20 de Noviembre. Los artistas eran trasladados diariamente a las diversas locaciones y solían regresar hasta la medianoche, después de extenuantes jornadas. En días o tardes libres, a los artistas les gustaba recorrer la ciudad, tal vez atraídos por su aire colonial.
Justo en contraesquina del hotel, estaba la tienda de instrumentos musicales “Viva”, una de las más grandes y surtidas por mucho tiempo, con vistosos aparadores, lo que seguramente llamó la atención de Ringo Starr, quien curioseaba desde el exterior.
Casi por instinto se introdujo en el negocio y caminó directo a la batería en exhibición, tomó las baquetas y empezó a tocar con ímpetu, lo que habría molestado al dueño del lugar, quien, de manera ríspida, le reclamó al músico por su atrevimiento de usar la batería sin permiso y lo corrió. Más aún: amenazó con llamar a la policía si no se iba rápido, sin saber que estaba echando de su negocio al baterista más conocido de todos los tiempos.
Los diarios de aquel tiempo contaron brevemente el pintoresco episodio, destacando lo inverosímil de que un empresario de instrumentos musicales no hubiera reconocido a Ringo Starr. Hoy en día, la historia quedó registrada en diversas publicaciones dentro de la web y se cuenta como simple anécdota urbana.
Ninguno de los otros exBeatles visitó jamás Durango. Lennon y Harrison ya murieron, Paul McCartney sigue dando conciertos masivos, como los de CDMX y otras metrópolis, y poco se sabe de la carrera de Ringo Starr, pero en cuanto a Durango, o le causó risa el incidente, o no debe tener un grato recuerdo de nuestra ciudad, ni de su gente. Nadie se lo ha preguntado.
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