Si en verdad tiene “un plan de salida” la actual administración estatal, consistente en 2 mil 450 millones para saldar compromisos urgentes, como lo dio a conocer hace unos días el titular de las finanzas estatales, Arturo Díaz Medina, que lo apliquen ya para que este gobierno se reivindique ante la ciudadanía, porque le faltan 7 días para que termine.
Es injusto que el nuevo responsable del Poder Ejecutivo de Durango herede tanta deuda, si cuenta con un fondo de 2 mil 450 millones de pesos, como lo informó a los medios de comunicación su secretario de Administración y Finanzas la semana pasada.
Si quienes manejaron y administraron el presupuesto del estado durante el sexenio cuentan con estos recursos frescos, porque desde principio de este año diseñaron su “plan de salida”, no hay pretexto para que termine el régimen y quede sin pagarse tanto dinero a los municipios del estado, comenzando por los más de 500 millones de participaciones que le dejó de entregar al Ayuntamiento local, así como a los demás, los 304 millones a la UJED, centenas de millones a proveedores, salarios y prestaciones a los maestros, a constructores, medios de comunicación, entre muchas deudas más.
Cuando falta tan poco para que termine este sexenio en Durango, el ambiente político y social no es nada esperanzador, sino todo lo contrario, prevalece además una irritación poco antes vista, porque la población percibe que la corrupción sentó sus reales en estos años y que fueron muy pocos los beneficiados en estos seis últimos años en los que se esperaba un cambio para mejoría de toda la sociedad, lo cual no ocurrió.
Así que para bajar un poco la intensidad de este muy “mal humor” social, convendría que quienes armaron esa estrategia de salida actúen en consecuencia en esta misma semana, porque nuevamente hay una palabra empeñada, a través del titular de finanzas, de que se ejercerán esos casi 2 mil 500 millones para cumplir sus compromisos financieros finales. Si no se realizan los pagos con ese dinero, la gente en Durango no creerá que fue inventada la versión del “plan de salida”, sino que surgirán más versiones de que algunos funcionarios, como los encargados de los dineros del pueblo, se llevaron también todo ese dinero que habían pensado utilizar para salir de los compromisos del final del sexenio.
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