Lula en Washington: así se posiciona Brasil entre las potencias globales

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En su viaje a Estados Unidos, el presidente Lula da Silva busca enviar un mensaje: Brasil está de regreso en el escenario mundial. ¿Es su política exterior demasiado ambiciosa?

La visita del presidente brasileño, Lula da Silva a Washington, este viernes, es el viaje más importante de una serie de recientes encuentros diplomáticos que buscan enviar la señal de que Brasil está de vuelta en el escenario mundial. Jair Bolsonaro, el antecesor de Lula, había aislado al país sudamericano.

Las conversaciones en Washington probablemente se centrarán en la guerra en Ucrania y la complicada relación entre Estados Unidos y China. En ambos casos, Brasil ha definido una posición propia, neutral.

En entrevista con DW, Guilherme Casaroes, profesor de política exterior de la Fundación Getulio Vargas, en Sao Paulo, explica que la tradición diplomática brasileña consiste en adoptar una postura neutral entre los bloques de poder. Brasilia busca «mantener buenas relaciones con todo el mundo y posicionarse como un potencial mediador en casos de conflicto», asegura.

«País de paz»

Así, por ejemplo, por un lado, Lula ha condenado la guerra de invasión de Vladimir Putin en Ucrania. Por otro, sin embargo, se ha negado a enviar las municiones para los tanques Leopard 2, que le había pedido el canciller alemán, Olaf Scholz. El presidente brasileño justificó su veto con el argumento de que Brasil es «un país de paz». El gigante sudamericano libró su última guerra en 1865 contra Paraguay.

No obstante, la decisión de Lula probablemente también se deba a consideraciones económicas. Y es que la existencia de la industria agraria de Brasil depende del abono procedente de Rusia y Bielorrusia.

No obstante, para poder insistir en sus ambiciones globales, Lula primero deberá restablecer el liderazgo de Brasil en América Latina.

En enero, viajó a Buenos Aires a un encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que Bolsonaro había abandonado hace dos años. La consolidación del liderazgo regional de Brasil también se definirá a través de la capacidad de Lula de impedir que Uruguay abandone el Mercosur y negocie un acuerdo bilateral con China. El tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea es una prioridad de Lula, asegura Carlos Melo: «No solo por razones económicas, sino porque aporta prestigio internacional».

Finalmente, Casaroes cree que Lula busca dejar un legado a nivel de política exterior: «Gobierna una sociedad profundamente dividida, y, más allá de la lucha contra el hambre, será difícil dejar un gran legado a nivel de política interior. Tratará de lograrlo en el ámbito de la política exterior».

Redacción Voz Libre con información de dw.com

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