Con “enemigos” de la cultura, no se puede hacer turismo
Los que por años hemos hecho esfuerzos por el turismo, sabemos, de sobra, que los festivales culturales constituyen un ancla formidable para atraer turistas; sin embargo, lo que hoy vemos en Durango causa pena, tristeza y hasta vergüenza, porque se está pensando más en el negocio que deja grandes ganancias a los organizadores con la contratación de un elenco artístico popular, que en el fomento y difusión de la cultura, lo cual redunda siempre en un gran atractivo para atraer visitantes y derramas económicas más que significativas.
Se sabe que Durango padece una crisis económica severa, que no se puede aspirar a festivales Revueltas como los de hace unos años, en los que, incluso, se trajo a Plácido Domingo, pero con todo y la escasez de recursos se puede fomentar el turismo cultural, siempre y cuando haya gente que sepa de cultura y haga a un lado la idea de allegarse de ganancias, de esas que casi no dejan rastro a la hora de investigar sobre un posible acto de corrupción, ya que hay contratos de por medio, lo que pocos saben es que se suscriben a modo, con amplias tajadas para quienes los realizan.
Acaba de culminar en Durango una edición más del Festival Revueltas y pasó inadvertido, tanto para la ciudadanía local, como fuera de Durango, sólo los visitantes que coincidieron con la fecha, se enteraron de la celebración en honor de una de las familias más destacadas en la historia del estado en lo que se refiere a las artes, la familia Revueltas.
En la programación resaltó que muy poca relación tuvo con la obra de los Revueltas, José, Silvestre, Rosaura y Fermín; en cambio, fue amplia la difusión para los eventos populares, esos que divierten al pueblo, pero que en lo sustantivo sólo dejan ganancias para unos cuantos.
No ignoramos en Durango que Francisco Pérez Meza, quien casi nada sabe de cultura, está el frente del Instituto de Cultura del estado, pero que obedece en todo a Lauro Arce, amigo inseparable del gobernador Esteban Villegas. En otras palabras, Lauro es quien organiza, ordena y programa a su antojo el Revueltas y la Feria Nacional de Durango, incluso se sabe que mete la mano hasta en el Instituto Municipal de la Cultura, por algo ha de ser que la directora del IMAC, Virginia Ruiz Valles, asegura que su jefe es el gobernador Esteban Villegas, no el alcalde José Antonio Ochoa.
Cometería un error el Ayuntamiento si, como lo tiene planeado, organiza una próxima feria navideña y permite que Lauro Arce sea parte de la fiesta. Obvio, ya sabemos donde pararían las ganancias.
El manejo cultural en el estado no puede seguir en manos de este grupúsculo protegido por el poder Ejecutivo, la que está perdiendo es la ciudadanía, están engañando con sus dichos y hechos, es falso que el Revueltas haya dejado una derrama superior a los 50 millones de pesos, como lo anunció Elisa Haro, titular de Turismo estatal y también parte de este clan que mantiene secuestrada la cultura este sexenio. Ojalá y hubiera sido cierto.
No hubo ocupación hotelera trascendente en estos días por el festival “cultural, sino por la presencia de deportistas que participaron en los Juegos Intertecnológicos, tampoco se beneficiaron los restauranteros, ni comerciantes o los prestadores de otros servicios. Están mintiendo una y otra vez a la sociedad, no pueden seguir así las cosas en Durango. Los distintos sectores productivos relacionados con el turismo y el comercio, los verdaderos difusores de la cultura deben alzar la voz y actuar para acabar con estas inercias que nos hunden todavía más en la difícil situación que hoy enfrenta el estado. Si no saben hacer las cosas, que renuncien.
TWITTER: @DgoRET83