Lo claro del Negro

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Resultó tan malo “el güero” como “el colorado”

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Después de un año, el gobierno estatal, encabezado por Esteban Villegas Villarreal, mantiene la línea discursiva del multimillonario desfalco y exceso de corrupción, cometidos por el régimen de José Rosas Aispuro Torres y sus colaboradores, pero en todo este tiempo, el nuevo mandatario de Durango no ha transparentado el destino de los recursos millonarios que ha obtenido de los tres o cuatro créditos que ha adquirido en estos primeros 12 meses de su sexenio, ni de otros ingresos, como el pago inconstitucional del replaqueo.

Una serie de declaraciones en el manejo de las cifras van y vienen; sin embargo, no hay claridad de dónde han ido a parar los más de 2 mil 300 millones o más, que le han otorgando las instituciones bancarias a las que ha recurrido para seguir endeudando a Durango, ya que tampoco se ha informado oficialmente sobre la cantidad total de todos estos préstamos bancarios.

El propio Esteban Villegas, algunos de sus funcionarios y no pocos diputados, se han dado a la tarea de manejar montos y fechas de los créditos solicitados, aceptados y concedidos, pero no hay una coincidencia clara de dónde han ido a parar estos lentos, lo cual no es otra cosa que falta de transparencia, es decir, podría ser la antesala de próximos desfalcos y más hechos de corrupción, tal como ocurrió al final del sexenio de Aispuro.

Todo el dinero del erario es de los contribuyentes, o sea, del pueblo, no del gobierno, por lo cual el Ejecutivo está obligado a manejar con absoluta transparencia y honestidad los ingresos y egresos. Sería recomendable que cuando menos una vez al mes, los gobernantes rindieran cuentas al pueblo de cuánto ha ingresado y salido de las arcas estatales. Lo curioso es que los altos funcionarios casi siempre hablan más de los gastos que realiza una administración y guarda silencio de los montos que ingresan periódicamente.

En Durango, máxime por lo que ocurrió en el sexenio anterior, resulta imperativo que quienes están al frente de las riendas del estado, rindan cuentas a la ciudadanía sobre el manejo de los recursos. La sociedad de Durango lo menos que desea es enterarse de un nuevo desfalco, con el paso de los meses y años, así como de nuevos actos de corrupción; entonces, la nueva administración estatal no puede seguir dando lugar a sospechas y suspicacias. No tiene ninguna necesidad de que se empiecen a construir versiones sobre la continuidad de hechos de corrupción en distintas áreas de gobierno, así como del presunto enriquecimiento injustificado de algunos funcionarios, que en muy poco tiempo han cambiado de estatus económico.

Es tiempo de hacer efectiva la práctica de un gobierno participativo, el cual inicia siendo transparente. Es lo que necesitamos, no lo que estamos viviendo todos los días en Durango.

TWITTER: @DgoRET83

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