Marcelo está al borde del precipicio político
No se puede entender en un político inteligente como Marcelo Ebrard que mantenga su futuro político sin rumbo, cuando desde hace mucho tiempo sabía que no sería candidato de MORENA a la presidencia de la República. Sostenerse en la terquedad de permanecía en el Movimiento de Regeneración Nacional cuando la mayoría de sus seguidores deseaban verlo bien plantado en busca de la próxima presidencia de México, le costará muy caro. Le podría salir “mucho más caro el caldo que las albóndigas”.
Para algunos, Marcelo “está estirando mucho la liga” y se le puede romper a las primeras de cambio, si no es que ya ocurrió, porque este lunes último quienes creían en su proyecto estuvieron pendientes de su postura frente a un futuro promisorio, estaban casi seguros que anunciaría su salida de MORENA y encabezando una candidatura presidencial, bajo las siglas de Movimiento Ciudadano, ya que no tenía más opciones, pero no ocurrió nada de lo previsible.
Aunque es necesario revisar si a Ebrard le convendría ser candidato presidencial de MC, porque este partido está partido, así literalmente. La separación del gobernador Enrique Alfaro le restaría un 4 por ciento del capital político total, que suma un 7 por ciento. El mandatario jalisciense ya fijó postura en favor de Xóchitl Gálvez, lo cual implica un serio trabuco para una eventual candidatura de Marcelo.
No obstante, casi nadie esperaba que “le temblara la mano” y todo lo demás al excanciller, como lo demostró el lunes, ya que el argumento de seguir en las filas del morenismo hasta que le concedan una respuesta favorable a la impugnación que presentó para reponer el proceso interno, carece de fundamento, no tiene sustento, él y quienes le son afines saben que obtendrán un no rotundo al planteamiento presentado ante la Comisión de Honor y Justicia del partido en el poder.
Sólo perderá el tiempo Marcelo al denunciar la serie de anomalías que registró su equipo de trabajo para, presuntamente, favorecer a Claudia Sheinbaum con todos los recursos del Estado, no podrá sustentar jurídicamente que le escamotearon el triunfo en la última encuesta, ya que no fue una, sino cinco muestreos en los que perdió por amplio margen ante Sheinbaum.
Y si se sabe que dentro de MORENA será declarada improcedente la impugnación de Marcelo, también hay certeza plena de que reaccionará de manera tibia y sólo logrará seguir alargando su ruptura con el morenismo. Probablemente acuda al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación o inventará algún otro mecanismo dilatorio, pero hay que tener en mente muy claro su compromiso dado a conocer este lunes: “Nunca causaré algún daño político al presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Así que, como dijera aquel delincuente electoral contumaz, Carlos Salinas De Gortari, “no se hagan bolas”, Marcelo no irá muy lejos, no se animó a jugársela con todo por la candidatura presidencial y podría acabar siendo una decepción para todos los que confiaron en él. Tal y como están las cosas ya, Marcelo se encamina directo al precipicio político.
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