Correcta y a tiempo la decisión priísta de respaldar a Xóchitl
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador se mofe, junto con sus seguidores, se tomó a tiempo la decisión en el Frente Amplio por México para definir la candidatura presidencial de Xóchitl Galvez, ya que no es de dudarse una posible intromisión de sus huestes en la votación del próximo domingo. Fue mejor no tomar riesgos.
Es cierto que el proceso interno del FAM, integrado por el PAN, PRI y PRD, así como por decenas de organizaciones sociales, no se completó en todas sus fases, pero concretó las suficientes para dar certeza de que Xóchitl Gálvez representa la esperanza de millones de mexicanos para corregir el rumbo de un país traicionado y sumergido en la pobreza por un gobierno de cuarta, no buscador de una cuarta transformación.
Diga lo que diga, AMLO está más que preocupado por la motivadora incursión de Xóchitl en el actual proceso de la sucesión presidencial. Insospechadamente emergió y ahora cuenta con el apoyo no sólo de panistas y priistas, sino del perredismo y de millones de ciudadanos sin partido deseosos de que termine su gestión este mal gobierno encabezado por Lopez Obrador.
Para nada era necesario esperar la llegada del domingo y levantarle la mano a Xóchitl Galvez, si desde el miércoles las encuestas le otorgaron un amplio respaldo, muy por encima del que le brindaron también muchos mexicanos a la priísta Beatriz Paredes Rangel.
Al contrario, conociendo la mezquindad de AMLO y los suyos, existía un riesgo inminente de una injerencia de su parte y del morenismo que pusiera en riesgo la votación del domingo, pese a que aparentemente había control en el manejo del padrón creado por el comité organizador del proceso interno del FAM.
Si los tres partidos políticos dieron su apoyo incondicional a Xóchitl Galvez era ocioso llegar al domingo a cumplir la última etapa del proceso; por ello, fue atinada y oportuna la decisión de que el PRI dejara de lado la realización de la última consulta ciudadana del domingo.
De tal manera que ya segura de ser la abanderada del FAM, Xóchitl encabezará el domingo un evento de unidad que le dará fortaleza para iniciar una nueva etapa en la carrera hacia la presidencia de la República. Lo hecho en esta etapa terminó y viene un nuevo recorrido de 9 mese por el país para convencer a clases medias, miembros de partidos opositores y todo aquel ciudadano descontento con el actual régimen de AMLO.
La tarea es inmensa, pero también son demasiados los millones de mexicanos cansados e inconformes con el desempeño de quien hasta ahora mantiene polarizado y dividido el país. México es un país único, requiere la unidad de todos, de un mandatario que una y no divida, que concilie y no confronte sectores. México merece un líder muy diferente al que hoy intenta liderarnos, pero que no ha podido hacerlo.
Xóchitl Gálvez es una mujer inteligente, que llega al corazón de la gente, con errores de ser humano y hasta limitaciones, pero nadie gobierna desde la perfección, sino desde el razonamiento lógico de servir para mejorar las condiciones de vida de muchos, sobre todo de quienes más padecen. Con Xóchitl renace la esperanza de construir con ella un mejor país.
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