Ya no hay lugar a tanto silencio ¿Saben gobernar o no?
A la muy difícil situación económica del estado, a consecuencia del multimillonario desfalco del gobierno anterior, así como al último recorte presupuestal por más de mil 400 millones de pesos, es necesario sumar ahora el desproporcionado pago del 12.2 por ciento de interés por pago de deuda pública, uno de los porcentajes más altos que pagan los estados del país. Sólo Querétaro paga más que Durango por este concepto, un 12.3 por ciento, según el Centro de Estudios de Finanzas Públicas, que ayer citó el diario de circulación nacional, Reforma.
Los ingresos estatales dependen en más de un 80 por ciento de lo que envía la Federación y si decidió recortar en mil 400 millones de pesos, está enviando el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador un claro mensaje de que nuestro estado no está en su ánimo, ni tampoco el gobernador Esteban Villegas, a quien no ha recibido oficialmente en privado, pese a los más de 7 meses que lleva la actual administración estatal, algo que no ha ocurrido con ningún otro mandatario estatal.
El gobierno estatal está estrangulado y sin aparentes posibilidades de concretar obras públicas, echar a andar programas de beneficio para las clases desprotegidas, ni para cumplir con compromisos básicos de la anterior campaña electoral, como la Tarjeta Madre.
Lo más lamentable es que ni siquiera ante tales circunstancias, el gobernador Esteban Villegas rompe el silencio y se atreve a proceder contra los verdaderos responsables del despilfarro del sexenio anterior. Es hasta sospechoso tanto silencio, cuando lo correcto y lógico sería que ya se hubiera recuperado una parte de lo que se robaron.
Además, si desde el inicio de su mandato, Esteban Villegas anunció una reingeniería financiera para tratar de llevar un manejo más cómodo de la enorme deuda pública heredada, pues sencillamente no se observa que esté funcionando esa medida, porque no debería estar pagando esa tasa de interés tan alta, a la altura de estados de la República mucho más pudientes, como Querétaro.
Hasta hoy, las remesas enviadas por los paisanos que viven en Estados Unidos representan una “tabla de salvación” para la economía local y algo de bienestar en miles de familias del campo y la ciudad. Al cierre del año pasado, el flujo de estos envíos en dólares fue de un total de mil 346.8 millones, aproximadamente un 8.3 por ciento más que lo enviado en el año 2021, de acuerdo a cifras del Banco de México.
En el 2021, llegaron a Durango, procedentes de Norteamérica, mil 243.6 millones de dólares, o sea que sin esta ayuda de los duranguenses que radican en Estados Unidos, sencillamente miles de personas y familias completas estarían en la absoluta pobreza.
Gobernar en las condiciones que actualmente registra Durango no es fácil, pero quienes hoy nos representan dijeron que tenían el antídoto para combatir la crisis, que perseguirían a los culpables del despilfarro económico hasta sus últimas consecuencias, además de que serían incansables gestores de recursos para que mejoraran las condiciones de vida cada duranguense, con mayor atención a los más necesitados; pero no hay cumplimiento en lo prometido. Ya no hay excusas ¿Saben gobernar o no?
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