Sin merecerlo, Esteban Villegas Villarreal asumirá el Poder Ejecutivo estatal este 15 de Septiembre en una situación muy adversa al heredar una deuda pública superior a los 20 mil millones de pesos, monto del cual casi la mitad requiere un pago a corto plazo, además de que no le dejaron en “el cajón” para el pago de la próxima quincena. En esta realidad, el nuevo gobernador de Durango no le queda más que iniciar en un estricto plan de austeridad, pero real, no para anunciarse sólo en el espectro mediático.
Las circunstancias en las que alcanza el poder Esteban Villegas no admiten el dispendio ni los lujos, sino que está obligado a gastar con singular puntería cada peso, no hay lugar para malgastar lo muy poco que habrá durante su mandato, dadas las prácticas que ha implementado el régimen de Andrés Manuel López Obrador, más en los casos en que los gobiernos estatales no son encabezados por mandatarios del Movimiento de Regeneración Nacional, como es el caso de Durango.
Por eso, el priísta Villegas no puede actuar como lo han hecho la mayoría de quienes le han antecedido en el cargo. Ya no hay lugar a que se compren automóviles nuevos para los titulares de las distintas dependencias del gabinete, tampoco para adquirir nuevos mobiliarios en oficinas importantes, debe restringirse el uso de la telefonía celular; debería quedar prohibida la adquisición de IPhones y otros teléfonos inteligentes caros. Debe darse paso a los aparatos convencionales y para uso restringido de unos cuantos funcionarios, no de una mayoría.
Claro que una prioridad es cortar de tajo con los “aviadores”, cuyos salarios son muy altos por lo general, así como la contratación de supuestos asesores que cobran millones de pesos por brindar falsas soluciones a los problemas del estado.
El muy alto salario que obtienen ciertos funcionarios es razón de molestia para el grueso de la sociedad y todavía más en un estado tan pobre como el nuestro, entonces para nada es recomendable que se permita una nueva agresión a la ciudadanía, en este sentido.
Se gastan también millones de pesos en gasolina que no es utilizada en tareas de gobierno. Son muchas las ocasiones que en ciertas oficinas se concentra una inmensa cantidad de vales que se venden o acaban en manos ajenas a quienes gobiernan.
Ni siquiera es necesario realizar un recorte de personal, porque no se trata de dejar en el desempleo a decenas o cientos de empleados, ni del desamparo a las familias, reorganizar el gasto y utilizar discrecionalmente cada peso y centavo. Si no se cuida el gasto, no habrá dinero que alcance y entonces volvería a repetirse lo que ya no queremos ver. Esteban debe actuar de manera distinta a los demás, el momento requiere de un mandato responsable y sensato.
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