Son docentes de la UJED y funcionarios; o sea, con dos salarios, pero no dan clases.
Y resulta que una parte de los egresados de la Universidad Juárez del Estado de Durango que se han incorporado al gabinete estatal en este inicio de sexenio, siguen también con la responsabilidad de estar frente a grupo en aulas de esta institución educativa, pero, como no pueden duplicarse, entonces quedan mal con uno de los dos patrones y, por lo general, es con la UJED, confiando en que nunca serán ventiladas tan malas prácticas.
Propiamente, este ha sido un mal endémico en la UJED por décadas, pues profesores universitarios son a la vez funcionarios estatales o municipales, servidores en el Poder Judicial, entre otros roles, pero suelen dejar su noble profesión en segundo plano y no asisten a dar clases. En el mejor de los casos envían a algún improvisado a cumplir.
Será que ya se volvió una inercia difícil de combatir o será que es más cómodo no hacerlo; el caso es que nadie pone remedio a esta situación irregular, ni por parte de la UJED, menos por las entidades gubernamentales o judiciales y, cuando se llegan a quejar los alumnos, simplemente se les da alguna respuesta que los conforme.
No pocos de los nuevos funcionarios públicos desempeñan tareas académicas en facultades y escuelas de la UJED, algunos con un buen número de horas o hasta tiempos completos frente a grupo y, con toda seguridad, hasta el momento nadie les ha exigido cumplan su desempeño con el alumnado. Por supuesto que falta ética de parte de quienes tienen asegurado un alto salario como funcionarios y, además, se agenciarán otro sin devengarlo.
Todavía más cuestionable resulta este doble rol en momento de tanto apremio económico tanto en la Universidad Juárez como en el propio gobierno, así que, en este contexto, la Secretaría de la Contraloría debe prohibir a todos estos docentes simular la prestación de servicios a dos patrones al mismo tiempo y neutralizar este doble rol simulado.
Y el momento oportuno sería ahora, justo cuando comienzan a implementarse las medidas correspondientes para frenar la corrupción de otros sexenios, lo cual le caería muy bien al gobierno estatal que recién inicia sus funciones.
De igual manera, si nos están dando a conocer que la anterior Contraloría no cumplió su responsabilidad de auditar las obras públicas en el estado ni actuar frente a escándalos como el del famoso “Sedecogate”, los que hoy llegan tienen la oportunidad de demostrar que trazarán un camino muy diferente al de sus antecesores.
Indudablemente, las autoridades de la UJED deben también exigir a sus docentes que cumplan su labor o, en todo caso, soliciten un permiso sin goce de sueldo, si se incorporan a tareas ajenas a la Universidad; este y otros muchos hábitos nocivos han provocado parte de la crisis interna, de la cual le urge salir a la institución.
Tan amplia y variada es la lista de titulares de secretarías, subsecretarías, direcciones, jefaturas, jueces, magistrados, consejeros, etcétera que tienen plaza de docentes en la UJED, que mención especial merecen en otro amplio espacio de la Raya del Tigre. Al tiempo.
COLMILLOS Y GARAS
AYER SE ELIMINÓ oficialmente en Durango el uso de cubrebocas en espacios abiertos, aunque las autoridades sanitarias sugieren mantenerlo en lugares cerrados o con escasa ventilación y seguir con el uso de gel antibacterial, al mismo tiempo que prescindir de los filtros sanitarios… Y, DE HECHO, ya en pocos espacios se estaba usando la mascarilla en las últimas semanas, excepto por escuelas, farmacias, restaurantes y el cine. La medida nos libera un tanto, después de dos años en los que fue difícil acostumbrarnos a llevarla puesta en todo momento… ADIOS, ENTONCES, A las inservibles medidas de los tapetes “sanitizantes” y a las tomas de temperatura; ambas nunca fueron garantes como elementos preventivos del COVID.
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