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La esperanza en las campañas locales

Desde que empezaron las campañas electorales a nivel federal, se ha percibido un sentimiento  de indiferencia hacia las mismas por parte de los ciudadanos, y ello se refleja en la opinión pública al decir que “no han prendido”; lo que sin duda, es una afirmación.

La razón principal, es el modelo de comunicación política tradicional que hemos visto desde hace más de 30 años, que en varias ocaciones lo hemos explicado. Y bien lo decía una persona que ha estado inmiscuida en temas de campañas electorales, “pues eso es lo que espera la gente” en relación a esa misma manera de hacer y comunicar una campaña.

Seguramente en un sector social sí, pero el grueso de los ciudadanos, que tienen un rechazo natural hacia la política y sus actores, están esperando algo más.

Es ahí en donde se está gestando la creencia de que en las campañas locales, le van a inyectar elementos de cercanía, de contacto y algo más; para que despierten el interés. La expectativa está creciendo para ver cosas nuevas y diferentes.

Tal vez por eso, en la mayoría de las encuestas, todavía el nivel de ciudadanos que no han decidido su voto refleja justamente el sentir de quienes, dentro de su percepción, no les ha convencido ningún proyecto por el cual definir su sufragio. Al menos por el momento.

La realidad que hoy vemos en el tema político, es que en varios estados ha habido escenarios de violencia o bien, candidatos y candidatas que tratan de ocultar sus propiedades y riqueza acumulada buscando aparentar austeridad. Campañas negras, noticias falsas, críticas hacia el físico de los y las candidatas, pleitos internos, chapulineo y demás.

¿Es así como se quiere conquistar a los ciudadanos?

También, la polarización nos ha marcado en 2 bandos. Los que están con un proyecto y los que no. Los que son buenos y los que son malos. Negando así la posibilidad de discusión centrada en argumentos, datos duros e información verificada, para así acercarnos a una decisión que tenga un sustento y que tenga la posibilidad de buscar un beneficio para la mayoría.

En un imaginario, la conducción de la política y las campañas electorales; deberían de al menos, tener el respeto por el disenso; no todos pensamos lo mismo y eso no nos debe hacer ni buenos ni malos. Transparentes y con acceso a la información pública, que cada candidato y candidata ponga a disposición su preparación y experiencia, conflictos de interés, declaraciones patrimoniales, entre otros. Propuestas adecuadas al momento que vivimos, priorizando la participación ciudadana en la construcción de las mismas.

Por eso los ojos están puestos en las campañas locales.

La democracia parece que sigue siendo una utopía en la vida de nuestro país, estado o municipio, sin embargo, cada cierto tiempo estamos ante la posibilidad de demostrarnos como sociedad, como políticos, instituciones y autoridades electorales, que podemos hacer mejor las cosas pensando en el bien común.

O, ¿usted qué opina?

X: @gerardopreza

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