Claudia Sheinbaum no tiene 30 puntos de ventaja
Ya una vez iniciadas las campañas y con una serie de encuestas que se publican como pan caliente, se observa que, si bien hay varias de ellas que le dan 30 puntos de ventaja a la candidata morenista Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez; la realidad es que el escenario se encuentra a una distancia menor.
Para precisar lo anterior, tomaré como referencia lo publicado por Gabriel González-Molina Doctor en Ciencias Sociales por la la Universidad de Leicester, Inglaterra y que publicó recientemente su libro “Switchers S2: El Segmento de la Orfandad. Entre el Resentimiento y Salir Adelante”. Y por otro lado, un análisis de Max Kaiser, Maestro en Ciencias Políticas por The London School of Economics and Political Science.
Gabriel González-Molina sostiene que el mercado electoral de México se divide en dos polos en términos de su relación con la narrativa presidencial: con AMLO está el 42 %, pero el 58 % no está con él, ni lo ha estado desde hace cinco años. Así que si la pregunta fuese: ¿qué es lo que no va a cambiar de aquí a la elección del 2 de junio? El tamaño de esos dos polos. Seis de cada diez electores no estará con el presidente el próximo 2 de junio. Esa respuesta abre una que parece más interesante y nos une el día de hoy: a dos semanas de iniciadas las campañas: ¿qué sí se mueve? Y, ¿por qué?
Habría que precisar que el 58 % alejado del presidente se compone de dos grupos: los que están totalmente en contra del presidente (los anti-AMLO), que suman 23 %, y los electores switchers que se sienten muy alejados de él y que suman 35 %. Los electores en este segmento, que denomino S2, no quieren votar por Morena pero tampoco se sienten representados por la oposición, de ahí que sean el “segmento de la orfandad”. En mi más reciente libro1 sostengo que, por congregar al 35 % del mercado, el segmento conocido como S2 definirá quien será la presidenta de México.
El segmento S2 gravita alrededor de dos sentimientos muy arraigados. El primero es su agravio profundo de abandono por parte del presidente López Obrador. Se sienten abandonados en términos de la defensa de su integridad física, tanto la personal como de su familia y de su actividad productiva; así que uno de sus agravios centrales es haber sido abandonados a vivir con miedo. A eso hay que agregar el abandono que sienten en los servicios básicos de salud y educación; el abandono de las familias que quedaron mutiladas por la pandemia, por las desapariciones forzadas, y por el nulo apoyo a sus vocaciones de emprender y mejorar su trabajo.
Desde hace más de cinco años, los electores del S2 rechazan la victimización perpetua de la narrativa presidencial y, por el contrario, valoran la acción y cualquier cosa que no sea quedarse sentados inánimes ante la violencia y la falta de oportunidades. Así que lo que más les ofende es que el presidente no sólo los abandone, sino que se “burle” de su situación en sus alocuciones mañaneras. Así me lo han dicho una y otra vez: “Lo que más nos ofende es que nos trate de pendejos y se burle una y otra vez de nuestro estado de indefensión”.
De esa resolución a enfrentar los problemas tal y como vienen, se desprende el segundo sentimiento: su voluntad para “salir adelante” siempre y cuando las candidatas les ofrezcan apoyos concretos para mejorar su situación actual y desarrollar todo su potencial. Estos apoyos, me dicen, deben tomar en cuenta que la situación actual de cada persona es distinta y, por tanto, necesita diferentes apoyos. Cuando se refieren a la palabra “apoyos”, me dicen que no son del tipo asistencialista lo que requieren, sino aquellos que abren oportunidades y que con voluntad y esfuerzo se van materializando. Están cansados de ser tratados “a granel”.
Max Kaiser comentaba en un video publicado en X (@MaxKaiser75) un video en donde mostraba un análisis sobre los porcentajes publicados en las encuestas y que en la mayoría de ellas, dan por sentado que la ventaja tan amplia de Claudia Sobre Xóchitl es irreversible, pero lo mostrado en dicho video es sumamente atractivo.
Aquí vamos a utilizar la lógica sobre la participación electoral. La lista nominal en el 2024 es de 99 millones de personas. El promedio de participación en las últimas 5 elecciones presidenciales fue del 63%, por lo tanto habrá 60 millones de votos en las urnas. Decía Kaiser.
El obradorato en el 2018 valía 30 millones de votos, justo en el momento cenit de López Obrador en el que medios de comunicación, empresarios, académicos, intelectuales además de millones de personas de la clase media que dijeron vamos a darle una oportunidad. En esa elección implicó 56.5 millones de votos.
En el 2021 en la elección intermedia, el obradorato perdió 9 millones de votos a pesar de tener el aparato completo. El 52% votó en estas elecciones logró 21 millones de votos.
Para el 2022 vino la revocación de mandato, movilizaron a todo el país, gastaron miles de millones de pesos en propaganda para dicho ejercicio, en donde votaron 15 millones de personas a favor de que López Obrador continuara en su mandato. La participación, como era de esperarse fue baja, con una participación del 17.7%
En una democracia es normal que el partido en el poder pierda votos. El ejercicio del poder desgasta, sobretodo con un partido que gobierna mal que se corrompe hasta la médula, hasta la familia presidencia.
Pero vamos a pensar como una hipotesis, que uno de cada 5 personas que votaron en el 2018 por el obradorato ya no van a votar por Claudia, eso les da un techo de 25 millones de votos y que la coalición (PRI-PAN-PRD) sigue valiendo esos 19 millones de votos que obtuvieron por separado en esa elección presidencial. Eso nos deja a 16 millones de votos libres. De personas que no han decidido su voto y que todavía no toman una decisión. En un escenario de 65 millones de votos para el día de la elección, entonces hay 21 millones de personas que todavía no deciden.
Esta elección presidencial del 2024, tendrá seguramente una participación entre el 60 y 65%, que con los datos de la lista nominal, significarían entre 59.4 y 64.3 millones de votos.
La definición estará en manos de quienes ahora están indecisos respecto a su voto. Sin embargo, en una tracking diario de Masive Caller publicada el domingo 17 de marzo; se aprecia que es Xóchitl Gálvez la que está jalando a su proyecto a esos la mayoría de esos indecisos. Al menos hasta este momento.
Con todo lo anterior, el reto para Claudia es lograr desmarcarse del presidente Andrés Manuel López Obrador y la visión de país que ambos comparten, en donde señalan que todo está bien, tratándole de apostar a la continuidad. Necesita conquistar a esos ciudadanos, porque ha llegado a su techo de votos.
Para Xóchitl, el reto es que los mensajes y conceptos de su estrategia de comunicación, la repliquen las candidatas y candidatos a diputados federales y senadores. Se percibe que no ha «bajado» a nivel local dichos argumentos.
Esta claro que ni el presidente, ni morena, ni Claudia traen el apoyo y el impulso que los hizo ganar en el 2018, por lo tanto, las encuestas en donde los resultados apuntan una avasallante victoria de la morenista, están en duda. El ejercicio del poder desgasta y más con una visión distorsionada de lo que sucede realmente en el país.
Se espera que dentro de un mes, las encuestas reflejen un “empate técnico”, dejando para el último tramo de las campañas, una guerra de guerrillas electoral que será disputada sección por sección, manzana por manzana.
O, ¿Usted qué opina?
X: @gerardopreza