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Empiezan las intercampañas y también la estrategia de las garnachas

El pasado jueves 18 de enero terminaron las precampañas de los aspirantes Xóchitl Gálvez, Claudia Shainbaum y Jorge Álvarez Máynez, que todas ellas; carecieron de elementos que atrajeran la atención de una ciudadanía que ha visto esa misma manera de comunicar desde hace al menos 30 años.

Ahora, entramos en una etapa denominada “intercampañas”.

En la página del INE se lee “intercampaña es la fase del proceso electoral que transcurre del día siguiente al que terminan las precampañas al día anterior al inicio de las campañas.

La intercampaña no es un periodo para la competencia electoral, ya que tiene por objeto poner fin a una etapa de preparación de los partidos de cara a la jornada electoral y abre un espacio para que se resuelvan posibles diferencias sobre la selección interna de candidatos a elección popular”.

En esta etapa sí se permite la propaganda política, es decir, la comunicación emanada de los partidos o instituciones políticas con contenido ideológico, principios o valores.

Por otro lado, “no se permite la propaganda electoral, porque ésta consiste en presentar y promover ante la ciudadanía una candidatura o partido para colocarlo en las preferencias electorales, a través de la exposición de los programas y acciones contenidos en los documentos básicos y, particularmente, en la plataforma electoral, con el objeto de mantener informada a la ciudadanía respecto a las opciones de las personas presentadas por los partidos políticos en las candidaturas y las propuestas de gobierno que sustentan, con miras a obtener el triunfo en las elecciones.

Pero, durante la intercampaña, la libertad de expresión de los precandidatos y candidatos, así como el derecho de los medios de comunicación para ejercer su labor periodística al realizar entrevistas, están salvaguardados en todo momento.

Los medios de comunicación podrán realizar entrevistas y difundir piezas noticiosas sobre los partidos políticos, coaliciones, precandidatos y candidatos postulados, con respeto absoluto a la equidad y a las disposiciones sobre la compra o adquisición de tiempo aire en la radio y la televisión.

De igual forma, los precandidatos o candidatos pueden asistir a eventos privados y reuniones en los que expongan temas generales y de interés público, siempre que no llamen al voto ni se incurra en actos anticipados de campaña.”

Con este antecedente, se viene una oleada de contenido colocado y publicado por las y los candidatos a presidente de México, haciendo todo tipo de suertes para seguir en una conversación ciudadana vacía en redes sociales principalmente.  

Ahí es donde veremos la clásica estrategia de las garnachas. Candidatas y candidatos comiendo en puestos callejeros, visitando los mercados, recomendando los taquitos más famosos de una colonia. O bien, cocinando algo en su casa.

También, no faltará el contenido con la mascota, haciendo ejercicio, subiendo una imagen de un atardecer, en fin, contenido alejado de lo que comúnmente compartían, es decir: su agenda de actividades partidista y proselitista.

Las y los candidatos y sus respectivos equipos de estrategia no han entendido que el mensaje tiene que ser adoptado y comunicado por los ciudadanos. Son ellos los que se tienen que convertir en voceros involuntarios de un proyecto político y defender no solo el voto a favor, sino tratar de convencer a otros más.

Mostrarse como una persona común que asiste al supermercado o bien, caminar por alguna plaza o centro comercial puede ser un juego de doble filo. Por un lado, pocos, muy pocos le creen al político encumbrado y acostumbrado a los mejores restaurantes o andar con su equipo cercano de colaboradores; a verlo solo o sola haciendo el mandado.

Y por otro, cometen el error de ser ellos, quienes presuman estar sentados junto al «pueblo» disfrutando de unos taquitos, cuando deberían de ser los propios comensales quienes compartan la experiencia.

Cuando se propone en un cuarto de guerra la estrategia de garnachas, no hay estrategia.

¿Será que así quieren construir una cercanía que hasta el momento parece difícil que se haya consolidado?

Son tiempos de intercampaña y se verán cosas peores.

O, ¿Usted qué opina?

X: @gerardopreza

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