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No entienden que no entienden

Se fue el 2023 y seguimos viendo a la nueva y vieja política comunicar y comportarse de la misma manera como si fueran los años 80´s o 90´s.

No hace falta hacer mucha memoria para corroborar el párrafo anterior. Samuel García entró a la carrera presidencial con desastroso papel que, hasta la fecha; parece que el mismo gobernador quiere seguir montado en esa ola que no le traerá buenos dividendos. Ha mostrado un estilo con aires de autoritarismo, alejado del dialogo y el consenso. 

Su propio “compadre”, Luis Donaldo Colosio Riojas insinuaba la posibilidad de que el Senado de la República interviniera para restablecer las condiciones políticas en el estado y enfatizaba, «yo no quiero que llegue a eso, sería muy vergonzoso para la clase política de Nuevo León, que hicieron tanto escándalo y desmadre al punto en el que tuviera el Senado que desaparecer esos poderes por incompetencia”.

Samuel estiró la situación a tal grado que mejor tomó la decisión de regresar a la gubernatura antes de que le brotaran probables desvíos de recursos, corrupción y otros temas propios del gobierno.

Con ese antecedente, Samuel empleaba una comunicación política utilizada en la contienda a gobernador para implementarla a nivel nacional, aludiendo a que en tan solo 10 días logró crecer más de 20 o 25 puntos para rebasar a la candidata del Frente Amplio por México, algo que fue prácticamente imposible.

Quién también utiliza un modelo de comunicación visto desde hace décadas es Claudia Sheinbaum. Está claro que la morenista está aplicando un modelo que a todas luces es una copia de lo que hizo López Obrador cuando la campaña para la presidencia del 2018 y que con sus intervenciones anteriores, logró pulir un estilo que fue bien recibido por millones de ciudadanos que le dieron el triunfo.

Ahora la ex jefa del gobierno capitalino va generando la percepción en un sector de la ciudadanía que la etiqueta de ser una marioneta del presidente y que continuará bajo las órdenes aunque él, se haya retirado a su rancho.

Ahora ofrece la continuidad de la cuarta transformación y sugiere llevarla a un segundo nivel o lo que eso signifique.

Por otro lado, Xóchitl Gálvez por más que quiera construir esa cercanía que le de un posicionamiento competitivo, sigue sin lograr transmitir un mensaje que sea adoptado por ciudadanos que tenían cierta esperanza de que esa continuidad que ofrece Claudia solo se quede en e tintero.

Resalto la palabra “tenían” porque lo visto hasta ahora reflejado en las encuestas por la representante de la coalición Frente y Corazón por México, ha perdido el ímpetu en un sector social que al inicio le mostraba apoyo y simpatía.

Xóchitl no ha encontrado ese puente entre lo que dice y lo que hace. Se lee en varios de sus mensajes en la red social X, “no se trata de mi, se trata de ti” y sigue siendo ella la protagonista de sus productos de comunicación. Sus mensajes se tratan de ella, su campaña se trata de ella. 

Justo el mismo modelo de comunicación de Samuel, de Claudia, de Dante, Marko, Alito, Mario Delgado, de Fox, Salinas, et al.

Finalmente, López Obrador y su gobierno terminan con claroscuros que pone en entredicho las premisas del presidente. 

Sí, inauguró un tramo del Tren Maya pero al rededor de esta acción vienen los datos duros que le revientan en el rostro. Solo por mencionar uno de ellos, la inversión realizada supera los 500 mil millones de pesos y para el siguiente año tendrá un presupuesto de 120 mil millones de pesos. Casi la misma cifra con la proyectada esta obra y que seguramente costará 3 o 4 veces más. Algunos cálculos señalan que para recuperar lo invertido, pasarán más de 230 años.

También, la situación de la seguridad pública está fuera de control. En los últimos días, lo sucedido en Texcaltitlán, Estado de México y recientemente en Salvatierra, Guanajuato.

Para el presidente López Obrador, como a sus antecesores, el aceptar la realidad que vive el país es darle la espalda a los mexicanos que se sienten agraviados y que con esa actitud, van creando una barrera que los aleja de los mismos ciudadanos. Tal cual, como se ha visto en los políticos y gobernantes de los últimos 30 años, al menos.

Vemos pues, que la clase política y gobernante les interesa más construir su propia narrativa basada en el mismo modelo de comunicación que no conquista la atención de los ciudadanos, tratando de sobreponer su agenda e intereses, a la búsqueda de soluciones a partir de una realidad que tarde o temprano les llega e incluso los rebasa.

Y eso, al parecer, seguirá siendo una constante durante los próximos años.

O, ¿Usted qué opina?

X: @gerardopreza

Este espacio regresa en el 2024. Mientras tanto, felices fiestas.

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