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La importancia de la diferenciación en la comunicación

En comunicación política, gubernamental o empresarial siempre se tiene en mente lograr una diferenciación para destacar entre la competencia o con los predecesores. El objetivo es tener un posicionamiento que no quede dudas al momento de decidir una compra, un proyecto político o una valoración positiva ciudadana hacia un gobierno o gobernante.

Hoy en día recibimos en promedio 9 mil impactos publicitarios diarios y de ellos, logramos procesar máximo el 10%. Estamos en una sobreexposición que nos ha hecho inmunes a aquellos mensajes que no representen nuestros gustos y aficiones en lo análogo y digital. El tiempo para captar la atención sobre un contenido es de tan solo de 4 a 7 segundos en promedio. El algoritmo no se equivoca.

Una estrategia de comunicación y posicionamiento no nada más tiene que llegar al público indicado, sino también motivar a que ese público tome una decisión en favor de nosotros. Hagamos lo que hagamos.

En términos gubernamentales, hay algunos que creen que esa diferenciación se sebe al cambio de imagen, es decir; logotipo, colores, tipografía, etc., y el eslogan o frase que identifique a un gobierno de otro.

Los candidatos o candidatas que participan este año en las elecciones del estado de México y Coahuila y que han participado en procesos electorales anteriores, tienen la misma forma de comunicar. Solo cambian el diseño gráfico que acompañan los contenidos en redes sociales o las lonas en los eventos.

Las corcholatas o los aspirantes a presidente o presidenta de México para el 2024, en la misma sintonía comunicacional.

En fin.

Los hábitos de consumo de contenido en todos los medios de comunicación, incluidas las redes sociales; ha cambiado. Lo que no ha cambiado, es la decisión de compra o rechazo de un producto, servicio, proyecto político o gubernamental, y tiene que ver con las experiencias pasadas que hemos tenido con las marcas, productos, servicios, gobernantes, etc. Eso incluye también la información recibida a través de las fake news.

El reto no es sencillo para quienes dirigen las oficinas de comunicación o para quienes proponen las estrategias, ya que el primer paso que se tiene que dar hacia una plan integral de comunicación y posicionamiento positivo que logre destacar entre las demás; es aceptar que se está haciendo lo mismo que la competencia o los demás proyectos.

Sin embargo, en ocasiones la resistencia al cambio, obliga a retraerse en una zona de confort que impide visualizar con claridad la implementación de nuevas estrategias que seguramente darán mejores resultados.

Queda claro que no nada más hay que comunicar por el solo hecho de hacerlo, sino que se necesita pues, altura de miras y tamaños, para lograr ese diferenciador.

O, ¿usted qué opina?

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