Esta semana que acaba de pasar, fue un semana muy dura por tanto suceso que tuvimos y que hemos sido testigos de lo difícil y lo sorpresivo que han generado reacciones y modificado algunos escenarios económicos y políticos de nuestro México.
Primero vimos una resolución de la Suprema Corte a petición del Instituto Nacional de Acceso a la Información, para emitiera su juicio, opinión o la razón en materia de trasparencia y claridad, en lo referente a obras consideradas insignes por el ejecutivo federal, quien considera debían ser de información reservada y de carácter confidencial y de seguridad nacional., y que quedaban al margen de acceso a la opinión y escrutinio público.
La Suprema Corte resolvió que NO era información prioritaria, ni debía ser confidencial, porque todos los mexicanos debemos saber cuánto costó cada una de ellas, quién hizo la obra, cuál fue el presupuesto original, si existió desviación presupuestal, por qué existió, en qué condiciones de calidad y terminación se concluyó dicha obra.
La molestia del ejecutivo fue tan grande, que de agresiones, descalificaciones y vituperios no se escapó ninguno de los ocho magistrados que votaron a favor de dicha resolución; el hacer valer el estado de derecho, que es lo correcto, pero ha sido sumamente cuestionado por «Don Peje».
De esta forma, queda claro que la Suprema Corte está buscando ser aliada de los ciudadanos, no del señor Presidente, menos si no tiene razón o fundamento en sus acciones, habemus contrapeso y, parcialmente división de poderes o será porque al final el poder está en declive.
Segundo, luego de verse reunido con su grupo de asesores económicos, conformado por algunos empresarios notables del país, los hombres del dinero salieron con mucho optimismo, logrando obtener el visto bueno para que uno de ellos adquiriera CitiBanamex, y todos contentos.
Éste hombre beneficiario que obtuvo esa voluntad política del Presidente, es el segundo más rico de México, con quien el Presidente ha tenido diferencias en el desarrollo de un gran proyecto del corredor interoceánico del istmo de Tehuantepec, que es de suma importancia para México.
El magnate minero es dueño de una gran actividad minera, tiene una concesión ferroviaria de 120 km. que va de Coatzacoalcos a Aguas Blancas, Veracruz, que facilitaría la conclusión de ese eje interoceánico a AMLO, quien ha pedido al industrial minero le ceda o le venda y terminarlo en su periodo de gobierno que ya expira.
Con esta obra del eje interoceánico, que Estados Unidos quiso hacer en el año 1906 y don Porfirio se opuso con la batalla del puerto de Salina Cruz, Oaxaca, México se pone a nivel de competencia con el canal de Panamá, de ahí la requisición por parte de la Marina y luego la expropiación.
Así que, al estilo Trump, lo puso de rodillas sin importarle el berrinche de los empresarios, de sus organismos empresariales tibios y desdibujados casi totalmente durante todo este sexenio, que ahí llevan sus consecuencias, pues todos sabemos que negociar con un presidente o un gobernante tiene sus desventajas.
Hoy debemos afrontar la desconfianza de los inversionistas y la amenaza de la fuga de capitales, pero siendo honestos, que país como el nuestro les ofrece un rendimiento tan atractivo de su dinero, con los intereses bancarios como están, NINGUNO.
Tercero, Durango, imbuido plenamente en las campañas políticas de las corcholatas, no importa si son horas de trabajo, si se gasta el dinero que no se tiene, para acarrear participantes o gente de oficinas de gobierno, si son instalaciones de gobierno o del pueblo en donde militan gente de todos los partidos, eso que importa.
El activismo político exagerado hoy, ya no es solo del Presidente y de los candidatos, sino también de los Gobernadores, de los Presidentes Municipales, de los funcionarios federales, estatales y municipales, eso, es algo totalmente indebido.
Lo grave es que las cargadas a favor de una de las corcholatas no son a nivel individual y se llevan en medio a todo el pueblo de Durango, a todo el pueblo de Gómez Palacio, a todo el pueblo de Canatlán.
Qué pasaría si el tal Don Adán Augusto no es el candidato o si por la mano del diablo, MORENA no gana en el 2024; ¿Apoco ellos perderían? Perdería Durango y demás, aunque parece difícil porque la oposición está dormida hasta ahora.
La violación a los cánones electorales, porque aún no es tiempo formal electoral, han caído en el gasto excesivo de recursos públicos, en dinero y tiempo como nunca en la historia había sucedido, o al menos le simulaban.
Todos estos actos del Presidente, de los Gobernadores y de todos los que han caído en esto, son motivos más que suficientes para la anulación de una candidatura, de una campaña, incluso de una pérdida del registro de un partido político.
Las autoridades estatales y municipales siguen perdidas, andan en otras cosas, menos en gobernar con decencia, los suicidios siguen diariamente ayer llegamos a 81, los homicidios también, la violencia vehicular está a la orden del día, las agresiones a las mujeres continúan, los acosos sexuales en las escuelas y trabajos nos deben poner en alertas, bueno, hasta al señor Arzobispo quisieron matar, para qué más; ahora hasta pizza hot a fuerzas parece que quieren que comamos.
