Apenas pasaron los informes del Presidente de la República, del Gobernador y de los Alcaldes que terminaron su periodo de gobierno municipal, para cuando ya había suficiente material para criticar, para descalificar y obviamente par señalar un sinfín de deficiencias y latrocinios en las tres instancias de gobierno.
Los juicios muchos sin razón, son propiciados por las mismas autoridades, porque llegan a afirmar que hicieron grandes cosas, que su gestión fue histórica y que hasta son parientes de Kalimán y casi de la familia de Dios.
Luego vino la evaluación de las actuaciones de los gobernantes y surgieron las calificaciones de las encuestas, cuyas mediciones claramente se observan que están cuchareadas, y que son posiciones de ficción, porque las mayorías se dan según tanto das, eso tendrás de calificación.
Pero fue claro que a los tres niveles de gobierno les dolió y su tendón de Aquiles fue la inseguridad cuyas cifras de violencia siguen en aumento por doquier, la salud debido a la pandemia del covid, su mal manejo y las gran carencia de medicinas y materiales de curación que van siempre a menos, y mayormente la trasparencia de su manejo financiero, con una caída en el PIB, en la eliminación de programas muy sentidos como el campo mexicano.
Hoy en Durango, surgen las manifestaciones, las inconformidades, los desacuerdos y los reclamos porque muchas cosas siguen en la obscuridad y hay claras sospechas de malos manejos y en muchos de los casos se están llevando prácticamente todo, sucediendo lo de siempre, uno ya se fue un tiempo a Canadá, otro aún vive en Guadalajara y se dice que el actual está por irse a vivir a los Cabos donde ha protegido muy bien lo substraído indebidamente.
Piedad para los que empiezan el próximo día 15, ellos ya sabían que Durango estaba en ruinas, para que se metieron, ahora a ver cómo le hacen; pero y el Durango que ellos decían querer a su gente que abrazaban y les decían hasta amigos, hoy sueldos, mercancías, servicios y hasta los premios de la rifa en la feria les han quedado a deber.