Primera Presidenta
A solo un día de las votaciones, el voto está en el aire, la única certeza es que a partir de septiembre tendremos una mujer al frente de los destinos de este país, llamado con toda verdad “mágico”
Un país de contrastes, de mosaico heterogéneo, de diversidad cultural, étnica y biológica, de encuentros y desencuentros, pero con un profundo arraigo a nuestra patria, solidarios cuando las circunstancias así lo requieren.
La mujer presidenta, encontrará un sin fin de retos, por superar, desde la unificación social, la inseguridad, coyunturas graves en los sectores de salud, educación y agropecuario.
Otro asunto pendiente, y urgente de atender, es el sistema político agotado, por la avaricia, las ansias de poder y la corrupción de la clase política de todos los partidos.
Si bien es cierto el poder legislativo jugará un papel importante, pese a la presencia de varios indeseables, no será obstáculo insuperable para el mandato del ejecutivo federal.
El poder judicial y los órganos autónomos unos aún vivos, otros sepultados, también tendrán que desfilar en el mejoramiento de la República.
La mayoría deseamos un proceso limpio, sin violencia, a pesar de los daños durante la campaña electoral, un comportamiento de altura de triunfadores y vencidos.
Los llamados al sufragio, debe tener eco profundo en todos los ciudadanos con edad de votar, de manera libre, consciente e informada, sin el flautista mágico que entrega dinero y promesas lista en mano de los beneficiarios de los programas sociales.
De histórico han bautizado esta elección, por el número de funcionarios federales y estatales que serán votados y botados.
La encrucijada la resolverá cada ciudadano en lo particular, valorando el rumbo que se le ha dado al país, en pleno siglo XXI donde las utopías se han derrumbado una tras otras, desde la caída del muro de Berlín.
El lunes nos desayunaremos con el resultado de la decisión popular.
Que sea por el bien de México, de los mexicanos.
Lo único cierto es la preocupación por la afectación social, la depresión de la mitad de la población, ya que gane quien gane habrá aproximadamente un 50% de la población decepcionada, frustración colectiva que lleva a afectación emocional. Si los comicios no son lompios, como suele suceder, se sumará el enojo, la decepción y el sentimiento de impotencia. Daño social.
Éxito y esperemos que se de un acto de respeto a nuestro País, que tanto queremos y que somos parte cada cuidadano.
Cada uno importamos y bastante.
Gracias. Que sea lo mejor, POR EL BIEN COMÚN, QUE ES QUIEN DEBE PREVALECER.