De tutifruti el post debate
Como era de esperarse, cada equipo de campaña, cada lover, asegura que su candidata ganó el debate, pero son solo percepciones, más impregnadas por las simpatías, por las preferencias, porque otra vez, el formato no es el mejor, que permita el análisis más serio y riguroso.
Ahora lo más importante, quien ganará la elección, porque no se gana, solo por llevarse en determinado momento, los aplausos en esos actos democráticos.
Algunos analistas se refieren a que el tema de mayor preocupación ciudadana es el de seguridad, incluso por encima de la economía, talón de Aquiles del actual gobierno morenista.
Que si Xóchitl no aprovechó esa coyuntura, que si Claudia manejó cifras a la baja, es lo de menos, el quid es como se siente cada ciudadano, como se vive en cada entidad federativa.
En lo económico, las campanas al vuelo, de una excelente paridad peso dólar, un mar de apoyos sociales, el aumento al salario mínimo, se derrumban ante otra realidad que se vive a diario, el precio de la canasta básica, empezando con la tortilla, está por las nubes, dicho de otra manera, no alcanza para nada.
Lo que también nos deja el debate, es la inmundicia de la corrupción en la que se mueven los políticos, unos izan la bandera de los pobres, de sus participaciones juveniles en el 68, cuando hoy en día, sus cuentas bancarias en lo local y en paraísos fiscales están al tope.
De este tipo de mesías y profetas, los duranguenses estamos hartos, lo hemos vivido desde el arribo a Durango de ciertos personajes, asociados al comité de defensa popular, arribaron con una mano atrás y la otra adelante, la lucha del proletariado los llevó a invasiones y demás.
Hoy a cincuenta años, el proletariado sigue igual, mientras Ellos, gozando de más que vida cómoda, con propiedades millonarias.
Ese anzuelo, ahora ofrecido por los mismos en alianza con Morena, nadie se lo debe tragar.
Este 2 de junio, el imperativo es ir a votar.
