En lugar de azul, el arcoíris
Un nuevo escándalo político que tiene su origen en los usufructuantes de la ahora franquicia de acción nacional.
Cuando el PAN era el PAN tenía dentro de sus principios fundamentales el respeto a la dignidad de la persona humana, uno de los cuatro pilares del humanismo político.
En ese orden de ideas, ese respeto por obviedad, se extiende a la diversidad sexual, sin que ello implique la obligatoriedad de la construcción de grupos o corrientes internas representativas de esa comunidad.
Sin embargo en el registro de candidaturas vía plurinominal, en la modalidad de acción afirmativa, la señora Verónica Pérez ex dirigente estatal del blanquiazul en Durango, actual diputada local arribada por el agandalle en el ejercicio de la jefatura estatal, ahora resulta que representará sin haberse declarado lesbiana, transevesti, bisexual o queer, sino por el contrario, haberse opuesto a través del voto de su privilegiada curul a todo aquello relativo al reconocimiento de LGTB.
Gracias a este tipo de personas y sus acciones, la sociedad en general, no distinguen diferencia alguna, ni de principios, ni de propósitos, entre los partidos políticos “Todos son iguales”
La avaricia del tener, poder y dinero, sin importar abrogarse representaciones o recibir mecenazgos del CO.
