Yo no quiero eso por madre
Hasta en cansancio hemos señalado y criticado, que loa programas sociales, los de la tarjeta Bienestar , para adultos mayores, para sembrando vida, becas y demás, no es la solución o la panacea para salir de la pobreza en México.
El saldo a la fecha, es la proliferación de personas ociosas, atenidas a lo que les regala el gobierno, en resumen, que lejos de la máxima “No les des el pescado, enséñalos a pescar”
Para mis hijos y nietos, para mis conciudadanos duranguenses, yo no quiero esa madre que no educa, ni forma, ni nos hace productivos, que nos mantiene ligados a una tarjeta como mecanismo de control político, electorero, por el contrario deseo una madre que amamanta, es pródiga en afecto, educadora y formadora de hijos capaces de vivir en sociedad, construyéndola día a día, a base de esfuerzos, de éxitos y de recompensas, regocijarme en los resultados de la inversión, cuidada honestamente, que me de, que nos dé a todos.
Yo quiero otro Durango, muy diferente al de la dádiva y el engaño, al que enarbola la bandera del esfuerzo diario, al que lleva el pan a la mesa, como fruto del ejercicio profesional, el del campesino, minero, ganadero, forestal, maestro o ingeniero.
Romper los modelos asistencialistas, globalizados, inscritos en un padrón de acuerdo a su credencial de votar, voy por la caridad humanista, que se solidariza para quien, en un modelo capitalista, no las lleva todo consigo.
Ahora en las proximidades de las elecciones, medita bien, el Durango que quieres, el marginado, en subdesarrollo, el de las promesas incumplidas, el del manejo de las cuentas e inversiones alegres, el que sigue soñando?
O seguimos siendo el Chiapas, del norte, o nos decidimos romper los moldes para la libertad, desarrollo y seguridad.