Al tiempo

Compartir

La fiesta del “tostón” selló la ruptura entre Ismael y Herrera Caldera

Cuentan, quienes conocen de cerca al exgobernador Ismael Hernández Deras, que en muy pocas ocasiones se le había visto tan contento como aquel 22 de febrero del 2014, dos días después de haber cumplido medio siglo de vida, durante un festejo que dejó huella en el ámbito sociopolítico por varias razones, algunas totalmente imprevistas.

Ismael comió, bebió, bailó y socializó con sus centenares de invitados, en ese ambiente de algarabía y esplendidez que era el sello de sus fiestas. Lo que no imaginó es que precisamente en esa celebración, o debido a ella, se perdería la entrañable amistad que lo había unido con Jorge Herrera Caldera, en ese tiempo gobernador de Durango.

El que después sería llamado “festejo del tostón” tuvo como sede la hacienda Dolores Hidalgo, cercana a la ciudad, facilitada por el empresario Jaime Gutiérrez, un espacio lleno de amenidades para los 4 mil invitados locales y los muchos que venían de fuera, dada su buena relación con el exgobernador.

Entre ellos, se contaban Vicente Fox y Martha Sahagún, algunos políticos del entorno nacional, así como toda la clase política y empresarial de Durango, autoridades clericales lideradas por el arzobispo Héctor Gonzalez Martínez, el hoy gobernador Esteban Villegas (entonces alcalde de Durango capital), exgobernadores del estado, entre otros. Llamó la atención, por cierto, la inasistencia de los laguneros.

Y el elenco artístico no desmereció comparado con la cartelera de cualquier festival o feria de antes y de ahora. Amenizó el evento la banda Estrellas de Sinaloa, de Germán Lizárraga; Diego Verdaguer (qepd): Yoshio (qepd); Martín Urieta, todos con intención de lucirse con su mejor repertorio. El que no estuvo fue Raúl Di Blasio, amigo cercano del cumpleañero.

En cuanto a los artistas locales, tocaron el grupo Palos, la banda Radar, Patrulla 81 y un grupo oriundo del mero Mezquital, que cantó en tepehuano. Como referencia, en ese entonces la cabecera municipal de Mezquital tenía mil 746 habitantes y en el convite del exgobernador había más de 4 mil invitados, según testimonios y crónicas periodísticas.

Esas mismas crónicas periodísticas le llamaron “la fiesta estilo narco” a la celebración, donde sobró la comida, la bebida y la música. El menú fue de lo más diversificado: asado de bodas, arroz, frijoles charros, carnitas y una variedad de platillos de la buena mesa mexicana.

Los buenos bebedores tampoco se podían quejar, pues había whisky, coñac, tequila, ron, brandy, vodka y harto mezcal, sin límite; estimaciones austeras sostienen que el platillo por persona tuvo un costo de mil pesos de aquellos tiempos y la fiesta, en su totalidad, habría rebasado los 10 millones de pesos.

La mesa principal, la de los “notables”, se conformó por unos 80 personajes que fueron llegando al recinto después de las 2 de la tarde. Fox y Martitha fueron de los primeros en hacer acto de presencia y los sentaron al centro, muy cerca del cumpleañero, que apenas se mantenía en su asiento porque se levantaba a saludar personalmente a cada invitado.

Poco después de las 14:30 arribó el gobernador Jorge Herrera Caldera, a quien, desde la entrada a la fiesta, le llamó la atención el inusual decorado del evento. Y es que Jaime Barajas, el responsable de comunicación visual de Ismael, se encargó de distribuir mamparas en los jardines, en colores blanco, verde manzana y morado, con las frases icónicas de su jefe.

“Calcúlele”, “Váyale midiendo”, “Aquí ando. No me he ido”, “Vaya pensándole”, “Sea correcto”, “Valórelo”, “¡Aguas, eh!, “Todo es todo”, entre otros mensajes muy claros y visibles, que también para otros invitados habían sonado desafiantes, pero nadie lo tomó personal, excepto el gobernador Herrera Caldera.

Corría el segundo año del nuevo sexenio y a Herrera Caldera ya le estaba molestando en extremo la influencia de su antecesor en diversas áreas de su administración. Ismael había incrustado piezas suyas en el gabinete y también en algunas direcciones y se asegura que le imponía a su sucesor decisiones importantes. Además, mantenía a su particular de toda la vida, Goyita, en una amplia oficina de la Casa de Gobierno.

Es más, dentro de la UJED algunas voces sostienen que el autor intelectual del episodio de violación a la autonomía universitaria al comienzo de ese sexenio fue Hernández Deras y no Herrera Caldera, aunque otras fuentes afirman que la decisión partió de Jorge porque Rubén Calderón, rector de la UJED, no le había dado reconocimiento oficial.

El caso es que en la mente de Herrera Caldera se iba acumulando frustración y enojo, sentimientos que llegaron a su tope durante esa fiesta, más todavía cuando recibió una llamada del presidente Enrique Peña Nieto para decirle que cómo era posible la presencia de Fox y Martha en el festejo de Ismael, lo que terminó por “engallar” al gobernador.

Ya encolerizado, Herrera Caldera sólo estuvo un par de horas en el cumpleaños y, visiblemente molesto, sin apenas convivir con los asistentes que se esforzaban por saludarlo, desapareció casi sin despedirse, con una decisión tomada: lanzársele a la yugular a su antiguo amigo y compañero de partido.

El primer paso fue solicitar al Congreso del Estado integrar una comisión plural, liderada por el diputado del PVEM Alfredo Martínez, compadre del gobernador, para investigar el “enriquecimiento inexplicable” de Ismael y el origen de los recursos gastados en tan desbordante y multitudinaria celebración.

De un día para otro, fueron despedidos todos los funcionarios ligados a Hernández Deras, incluida su fiel secretaria particular. El escándalo de la ruptura entre los otrora amigos llegó hasta la más alta cúpula del poder y desde allí se giró la instrucción de bajarle intensidad al conflicto político.

Fue Luis Videgaray, el más cercano e influyente colaborador de Peña Nieto, quien intervino para que la comisión de diputados frenara la investigación y cerrara todo resquicio que permitiera observar posibles actos de corrupción, deficiencias, omisiones, errores y demás, presuntamente cometidos en la administración de Hernández Deras.

Desde entonces se enfrió totalmente la relación entre ambos exgobernadores y a partir de entonces nada fue igual; a la fecha, se saludan cuando se encuentran de frente, intercambian uno que otro comentario, pero sólo eso. Tal vez no sean enemigos, pero mucho menos amigos.

Terminó de esa abrupta manera una amistad iniciada dentro de las aulas de la Facultad de Economía, Contaduría y Administración, en donde primero fue presidente de la Sociedad de Alumnos Jorge Herrera Caldera, luego Ismael Hernández Deras y a continuación Carlos Contreras Galindo, con quien pensaban continuar 18 años gobernando Durango, felices, contentos y unidos.

El intento con Carlos Contreras se hizo, cuando fue elegido candidato a diputado federal, pero fue derrotado por el panista Jorge Salum. Antes había sido subsecretario y secretario de Finanzas, líder del Congreso y diputado local.

Con los años, en el 2016, cuando ganó la gubernatura José Aispuro Torres, se supo de un comentario de Carlos Salinas de Gortari en el sentido que en Durango el PRI había perdido la elección a consecuencia de esa fractura entre dos poderosos por  la “fiesta del tostón”.

Total, hasta hoy Ismael Hernández Deras, a diferencia de Herrera Caldera, sigue activo en los primeros planos de la política nacional; es diputado federal y está puesto, según dicen en el PRI, para continuar vigente en el Congreso federal e impulsando nuevos cuadros políticos. De fiestas como aquella no le deben haber quedado ganas de organizar o ¿Quién sabe?

TWITTER: @rubencardenas10

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *