Con todo y que el próximo Presupuesto Estatal de la Federación aumentará 7 mil millones de pesos, en relación al actual, no alcanzará para cubrir las principales necesidades del estado, principalmente porque la inflación ya va en un 8.7 por ciento y para finales del año en curso podría alcanzar el 10 por ciento, incluso este fenómeno inflacionario en Durango podría tener un promedio superior al del país.
Dicen que “peor es nada”, pero este incremento al presupuesto del 12.3 por ciento que ya se anunció como un gran logro para Durango apenas alcanzará para cubrir la inflación anualizada. En realidad, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador le está dando una nueva bofetada a nuestro estado con este mínimo incremento presupuestal cuando se sabe en el gobierno central que la deuda pública supera en mucho los 20 mil millones de pesos y que la mitad de este monto requiere de un pago a corto plazo.
Con este, serán cinco años consecutivos en que se conceden aumentos menores al presupuesto anual del estado y esto ha provocado, junto con el pésimo manejo financiero de los responsables de las finanzas, un desequilibrio financiero que nos tiene práctica en la quiebra técnica.
Con todo y que aquí se esté hablando de “una gran capacidad negociadora”, el régimen de AMLO mantiene una actitud demagógica hacia Durango, que seguirá batallando con problemas serios urgentes, como todos los que están acumulados para el cierre del presente 2022.
No hay, por ejemplo para el pago de la primera quincena de Octubre, porque la semana entrante llegarán los recursos para la deuda de la UJED, unos 304 millones de pesos, y la nómina de la quincena en curso, pero para la siguiente deberán tramitarse recursos extras nuevamente y, por lo que se ve, así continuará la situación el año entrante porque ese presupuesto esperado que suma los casi 37 mil millones de pesos seguirá corto para los múltiples compromisos pendientes.
Lo que realmente debe hacer el gobierno federal es elaborar un presupuesto anual basado en la inflación promedio estimada para el año siguiente, no en base a la inflación anual, de punta a punta del año en curso, o sea del uno de Enero del 2022 al 31 de Diciembre del 2022. Así nunca se alcanzarán a cubrir las principales necesidades y la deuda pública seguirá comiéndose la mayor parte de los recursos asignados. Quisiéramos que la realidad fuera otra, pero no nos alcanzará nuevamente y seguiremos muy cortos a la hora de generar un estado de mayor bienestar para todos, máxime en los más necesitados.
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