Desde las burbujas del poder

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Se acuerdan de aquella organización campesina denominada el barzón ? Por esas fechas se lanza la frase “El campo no aguanta más” corrían los años 70 del siglo pasado, aquello dió para mucho, investigaciones sociológicas, técnicas y políticas, más de tres de aquellos líderes, hoy gozan de cabal curul.

Durango siendo el cuarto estado con mayor extensión territorial, posee una gama de oportunidades que lo lleven a un buen nivel nacional de competitividad en lo agropecuario, si bien la tarea no es fácil, también no es imposible, el pretexto mayor ante la ineficacia de los tomadores de decisiones, es el lamento permanente de que el agua escurre a tierras sinaloenses y otros estados vecinos.

El relevo en la cartera de SAGDER en Durango, debe dar pie, a un verdadero cambio, no en la repetición de los mismos errores o al conformismo de enanos, con los subsidios más electoreros que otra cosa.

Hoy existen una variedad enorme de métodos y técnicas para producir alimentos, citaré solo algunas:

Agricultura protegida, como los invernaderos.

Hidroponía: cultivo en soluciones con nutrientes 

Agricultura tecnificada, aquella que hace uso de los sistemas de riego, con ahorros considerables del agua.

Agricultura ecológica, que no utiliza fertilizantes ni insecticidas, sus productos los llaman orgánicos y tienen un sobre precio en el mercado.

En nuestro territorio a lo largo y ancho, se pueden apreciar los esqueletos de lo que una vez se pretendió funcionarán como invernaderos, algunos de ellos equipados para control de temperatura, humedad, pH, etc, financiados en la mayoría con recursos públicos, pero como suele pasar, fue flor de un día, la falta de seguimiento técnico y de resultados, los llevaron a lo que son hoy, estructuras improductivas.

Me consta que hay muy contadas excepciones, el mejor ejemplo son productores de tomate, quienes con esfuerzo han enfrentado retos, saliendo airosos.

Existen pues, varias alternativas viables, redituables, exitosas, que deben orientarse al campo de Durango, porque también aquí, ya no aguanta más.

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