Las señales que le manda EEUU a AMLO
Desde la publicación del reportaje de Tim Golden en ProPublica en donde a través de las declaraciones de testigos protegidos señalaban que, en la campaña presidencial de López Obrador en el 2006 recibieron millones de dólares en efectivo, quedó claro que Estados Unidos está dispuesto a infiltrar el proceso electoral presidencial de este año, no solo por la supuesta relación del presidente López Obrador con el cártel de Sinaloa, sino por la fallida estrategia de “abrazos no balazos” y la laxa acción de las fuerzas armadas contra el crimen organizado.
Días antes, en el noticiero de Carlos Loret de Mola, se publicó una entrevista con uno de los líderes de “los ardillos”, organización criminal que opera en el estado de Guerrero y ahí se narra cómo él y otros personajes, ayudaron a López Obrador y a Morena a operar para formar estructuras de apoyo al movimiento, e incluso hablan del financiamiento y recursos otorgados vía operadores políticos.
La realidad es que hay zonas completas del país en donde la autoridad de facto es el crimen organizado. Las extorsiones y el derecho de piso es una regla impuesta en varias regiones de México. El crimen organizado pone y quita presidentes municipales a modo. Hay corporaciones policiacas y elementos de las fuerzas armadas están en contubernio con las organizaciones dedicadas al crimen. Las drogas duras siguen llegando a Estados Unidos vía México. Después de casi 6 años en el poder y con el respaldo social, legislativo y del Ejército, Marina y Guardia Nacional; todo esto no se puede esconder debajo del tapete, a pesar de las ideologías.
Bajo este escenario, se va formando una percepción casi generalizada (defendible o no por los simpatizantes del presidente) de que la estrategia de “abrazos no balazos” tiene fundamento en los posibles pactos y acuerdos que tuvo el ahora presidente a lo largo de su periplo electoral con personajes del crimen organizado.
Por otro lado, los desencuentros en temas relacionados con el comercio son focos rojos que ha prendido el vecino país desde hace algunos años. Días atrás, se publicó que México logró ser el principal socio comercial de Estados Unidos, desbancando a China por los diferendos comerciales existentes entre esas dos potencias. El año anterior, el comercio entre los dos países alcanzó una cifra récord de 600 mil millones de dólares y nuestro país se posiciona como el principal proveedor de mercancías en la unión americana.
El gobierno de Estados Unidos y los grandes empresarios han externado su preocupación por la falta del Estado de Derecho en México justamente por el contexto de la inseguridad, pero también por las políticas emprendidas desde Palacio Nacional en temas relacionados al sector energético y la probable eliminación de instituciones autónomas reguladoras.
Además, se ha presentado otra controversia, dado que existe la sospecha de que México está vendiendo a Estados Unidos productos chinos que compran empresarios de nuestro país y que le agregan un valor para poder venderlo en la unión americana. Es decir, la operación comercial a manera de triangulación, ha levantado dudas sobre el acero mexicano. Una imposición de aranceles al acero mexicano no es nada conveniente para todo el sector.
Sumado a lo anterior, la escalada en las negociaciones por el maíz amarillo transgénico, tendrá consecuencias directas en México bajo el contexto del T-MEC. Así lo publicó el IMCO: «El desacuerdo entre México y Estados Unidos surge a raíz de la prohibición del intercambio comercial con el propósito del consumo humano de maíz genéticamente modificado que se decretó en México el 31 de diciembre de 2020 y se modificó con otro decreto publicado el 13 de febrero de 2023. Para el gobierno estadounidense, la falta de justificación científica para esta medida contradice las disposiciones del T-MEC, en específico el Capítulo 9, que establece que toda medida que implique prohibición o restricción al comercio de mercancías debe estar basada en principios científicos, normas internacionales o evaluaciones robustas respecto al riesgo para la vida y salud de las personas”.
Hasta este día, el gobierno del presidente López Obrador no ha presentado pruebas científicas que demuestren que el maíz genéticamente modificado es nocivo para las personas.
Finalmente, en Estados Unidos también se están llevando a cabo elecciones presidenciales y el tema de México será parte de las narrativas de los candidatos, sobre todo en el asunto migratorio y fentanilo Además, están percibiendo en la relaciones internacionales de México en el campo geopolítico, el fortalecimiento de nuestro país con Cuba, Venezuela, Nicaragua, el acercamiento mutuo con Rusia y China; y ha puesto a los tomadores de decisiones del gobierno americano a poner manos a la obra.
Las filtraciones a la prensa sobre las sospechas que se tienen sobre el presidente AMLO y su relación con el crimen organizado, tal vez tengan un sustento mayor y desde allá mandan señales en forma de reportajes que le dicen al presidente cambie sus políticas y la clara intromisión en el proceso electoral de este año.
Bien dicen que, si el río suena, es porque agua lleva.
O, ¿Usted qué opina?
X: @gerardopreza