“Todo poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente.”
Hace un par de “mañaneras” el inquilino del palacio, hizo referencia sin mayor escrúpulo, la injerencia de ese poder que ostenta en mala hora, sobre el poder judicial, durante la presidencia del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (2019-2022).
En la teoría política de Montesquieu, el sistema jurídico distribuye el poder del Estado en tres órganos: el Legislativo, representante de la voluntad general del pueblo que expresa a través de las leyes; el Ejecutivo, encargado de dar cumplimiento a dicha voluntad, y el Judicial, que juzga los delitos y las diferencias entre particulares.
Cada uno de los poderes debe ser autónomo, nunca se supedita uno al otro, al hacerlo los derechos del gobernado pierden garantía de justicia y equidad, se transita en la peligrosa vía de la dictadura.
La afirmación de AMLO pasó como si nada, salvo la Barra Mexicana de Abogados AC, de manera inmediata reaccionó señalando la gravedad de los hechos.
Para otros pocos, solo les confirma la tendencia del actual régimen de supeditar a los otros dos poderes en una sola persona, fórmula perfecta para una dictadura, de la dictadura a la tiranía, solo hay un paso.
Las voces de los abogados asociados se repicó por varios columnistas, comentaristas políticos y medios de comunicación, el eco debe ser más fuerte y profundo, por las implicaciones de tal acto, en el futuro inmediato de nuestro país, en plena etapa de renovación de los poderes ejecutivo y legislativo federal, para la ponderación ciudadana en el ejercicio del sufragio, decidir el rumbo de México.
Desde el rincón de la provincia, reconocemos y valoramos la denuncia pública, que la BMA hizo en tiempo, es hora de los ciudadanos de luchar por la autonomía de los poderes, no es cosa menor.