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Los Cisneros, una familia que hace música en Durango desde hace un siglo

Desde 1930 a la fecha, cuando menos cuatro generaciones de apellido Cisneros han sido protagonistas en el escenario musical de Durango y a nivel nacional. Todo empezó en aquellos años, cuando la música de las grandes bandas se convirtió en sinónimo de buen gusto, ambiente y nuevos ritmos. Ese fue el marco social donde nació la Orquesta de Los Hermanos Cisneros, que iría ganando reconocimiento como la mejor del norte de la República.

Y detrás de cada historia de éxito tiene que haber protagonistas, en este caso Anastasio Cisneros Jara, mentor de sus hijos Pablo y Nuco, quienes, al crecer, estudiaron música por su propia cuenta, dado que  no había academias con ese giro en Durango, pese a la rica tradición artística que en ese rubro siempre ha distinguido a Durango.

Sus esfuerzos dieron fruto cuando, a fines de la década de los 30, estrenaron el proyecto de la Orquesta de Los Hermanos Cisneros, integrada por unos 20 músicos al principio.  Y comenzaron a ser  tan solicitados, que en poco tiempo se volvieron competencia directa de las principales orquestas del país, como la de Pablo Beltrán Ruiz (esposo de Lola Beltrán), Acerina y su Danzonera, la de Carlos Campos y la de Juan García Medeles, todas de rutilante fama.

Los hermanos Cisneros, o sea Pablo y Nuco, permanecieron  juntos durante una década, pero luego, en 1940, cuando empezaba a descender el auge de las grandes bandas y del “swing”, cada uno emprendió su propio proyecto musical, la creación de una orquesta por separado, con características muy particulares según el gusto de cada uno de ellos.

Así pues, la Orquesta de los Hermanos Cisneros se duplicó en la Orquesta de Pablo Cisneros y la de Nuco Cisneros. En la agrupación de Nuco destacó Raymundo Escareño como vocalista, en tanto que Jorge De la Torre  -“ la borrega”-  fundador de los Dugs Dugs, fue la primera voz en la Orquesta de Pablo, donde también surgieron como vocalistas Genaro Chávez “el consentido” y Margarita Obregón.

En 1966, Pablo moderniza su conjunto musical y surge La Charada, con los mismos vocalistas; Nuco, por su parte, crea algunos años después la Banda de Nuco Cisneros, ya cuando había quedado definitivamente atrás el estruendoso momento mundial de las grandes bandas. En todos esos años, tanto la Charada como la Banda de Nuco Cisneros tuvieron plena hegemonía musical en Durango e hicieron bailar a muchas generaciones. Ambos grupos siguen vigentes.

Claro que, para ese entonces, varios de los hijos y sobrinos de ambos hermanos Cisneros, al crecer  entre instrumentos y partituras, se interesaron en seguir la tradición musical de la familia, a la par que estudiaban otra carrera, y el resultado fue una nueva generación de talentosos artistas.

Ernesto Reséndiz Cisneros, sobrino de Pablo y Nuco, hijo de Goyito, trompetista en la primera Orquesta de Los Hermanos Cisneros, comenzó con La Charada a los 13 años de edad, ya con la primaria terminada y para 1971 hizo a un lado la ingeniería para crear Crisol, un referente en esa época, que después se transformaría en la Banda show Cristal, como se le conoce hasta hoy.

Del proyecto Crisol brotaron, a su vez,  los grupos Manhatan, Apolo y Fandango. Por su lado, Ricardo Reséndiz Cisneros, hermano de Ernesto, ya como jubilado de contaduría y administración, formó una danzonera en  2019, pero la pandemia se encargó de ponerle fin al proyecto.

Paralelamente, Ernesto Reséndiz  se dio tiempo para integrar  la Rondalla de la FECA en 1976, después de que años antes había realizado la mayoría de los arreglos musicales para la Rondalla del ITD. Sin duda las dos mejores rondallas en la historia del estado.

Reséndiz Cisneros sigue en la escena musical por cuenta propia y asegura  que “para nada está arrepentido” de haber rechazado invitaciones muy tentadoras, como la que le llegó para unirse a los Montañeses del Álamo, o para integrarse a la Sinfónica Nacional, con Johnatan Zarzosa, quien fuera director musical del Festival OTI  junto a Chucho Ferrer.

Los cuatro hijos de Ernesto también desarrollan sus propios productos musicales: Orlando tiene su propio grupo y, como solista, es muy exitoso en el saxofón, mientras que Neto está dedicado a la guitarra y ha sido sustituto de Alejandro Markovich, el guitarrista de Caifanes.

Beto, el menor, es baterista y Aída Monserrat, profesional de la Psicología, es cantante y fue parte del equipo coral de Alejandra Guzmán. Es decir, hay música para rato con los Cisneros; no se les ha agotado el repertorio después de casi un siglo.

TWITTER: @rubencardenas10

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