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¿Cómo ganarle a Claudia Sheinbaum?

La Coordinadora Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación es la persona a vencer en las elecciones del 2024.

Claudia Sheinbaum se mantuvo al frente de las preferencias ciudadanas y partidistas en la mayoría de las encuestas (serías) frente a sus compañeros de proyecto político que además, no hicieron gran cosa en cuestión de estrategia para competirle la primera posición.

A Claudia se le vio como una persona que confía en sus estrategas. La vimos de cambiar de outfit una vez que Xóchitl entro al juego, la vimos declarar en medios sin exabruptos, seguía el guion propuesto, la logística de sus eventos era casi impecable, sabía muy bien dónde estaba su equipo de fotografía y video, etcétera.

A pesar que hizo lo mismo que todos sus compañeros, el tiempo y el recurso utilizado para la promoción de la imagen de Claudia, tuvo efectos favorables hacia ella. Ahí están los resultados del proceso interno de Morena.

Para serlo, hay que parecerlo; y así lo comunicaba Claudia.

Ante un posicionamiento e intención de voto competitivo, recurso económico casi inagotable, estructuras territoriales y gubernamentales, más la marca MORENA; ¿Cuál sería el camino para ganarle a Claudia?

La respuesta está en conquistar a ese porcentaje de ciudadanos y ciudadanas que de entrada no les interesa la política y que por consecuencia, es difícil que salgan a votar el día de las elecciones. También, convencer a aquellos que están indecisos. La mayoría de ellos sí votan, pero todavía no saben por quién lo harán.

Entonces, ¿Cómo ganarle a Claudia?

En primer lugar, hacer mucho más de lo que todos hacen. Las campañas políticas tal y como las conocemos resultan arcaicas para nuestros tiempos, a pesar de la entrada y gran alcance que tienen las redes sociales. A pesar de la utilización de la Inteligencia Artificial.

Lo segundo y tal vez lo más importante, es dejar de utilizar un modelo de comunicación híperpersonalista, unidireccional y basada en la agenda pública, privada y personal. Entiendo que el ego del político hace que pierdan el piso de la realidad y quieran ser ellos los protagonistas de cuanto video o fotografía se publica. Solo hay que ver las redes sociales de Claudia, de Xóchitl o de Marcelo. Son ellos y nada más que ellos los que protagonizan los contenidos y ni modo que hablen mal de ellos mismos.

Tercero; formar un equipo externo a la organización de la campaña pero con voz y voto dentro del cuarto de guerra para decir y exponer la realidad de cómo se desarrolla la campaña. Evaluación de la comunicación, de la agenda, de la logística, de la estructura territorial, del trabajo de cada una de las áreas del equipo de campaña. Evaluación del desempeño del o de la candidata, su discurso, el contacto con la gente. También, debe de tener acceso directo al candidato o candidata justamente para hacer eso, poner a su disposición datos e información real y verdadera por dura que sea.

Para Marcelo Ebrard, si es que se consolida la oportunidad de contender abanderado por Movimiento Ciudadano, el reto todavía es mayor.

Aunado a lo anterior, Marcelo tiene que trabajar para recuperar la confianza que se fue diluyendo entre algunos de sus seguidores y sobre todo con la ciudadanía. Los que escucharon de la propia voz de Marcelo “no me voy de Morena”, “vamos a ganar la encuesta”, “todo va requetebién”, “sonrían, todo va a estar bien” y otras tantas frases que lanzó sin que nadie le pusiera frente a sí, la realidad del momento.

Marcelo y su equipo no lograron dilucidar que, mientras Claudia construía una relación de cercanía con un sector social, Marcelo era la imagen de México ante otros países. Y lo hizo bien, solo que acá le seguían comiendo el mandado mientras él desarrollaba una agenda fuera de casa.

Lo escribió @SabinaBerman hace unos días: “Marcelo siguió reservándose. No se expresó y no emocionó. Bailó, ordeñó vacas, cocinó. No acuñó un solo lema entrañable. No se perfiló. De nuevo se reservó”.

Está claro; disputarle a Claudia Sheinbaum un proceso electoral con lo mismo que hace ella, difícilmente Xóchitl y Marcelo, lograran tener un posicionamiento competitivo y así aspirar a una intención de voto favorable que se refleje en las encuestas (serias).

O, ¿Usted qué opina?

X: @gerardopreza

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