LA RAYA DEL TIGRE

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En total impunidad, normalistas despojan a particulares de sus autos

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Y para acabarla de amolar, a partir de ayer se volvió inseguro transitar también por la “Y” hacia Canatlán o hacia Parral, pues grupos de alumnos de la Escuela Normal Rural J. Guadalupe Aguilera, despojaron a particulares de sus vehículos como medida de presión para que se les cumpla el pliego petitorio.

Esto ocurre ante la inacción absoluta de las autoridades policiacas locales, en el marco de un conflicto que ayer llegó a su momento crítico con acciones que rebasan la civilidad, como quitarles autos a quienes iban pasando, sin deberla ni temerla.

Las peticiones van desde una mayor asignación de recursos para alimentos hasta la rehabilitación del plantel que alberga la Normal Rural; ese edificio está en pie desde el tiempo en que fue puesta en marcha tal modalidad educativa en gran parte del país, durante la presidencia de Lázaro Cárdenas.

Es de reconocerse que, por un lado, las diversas administraciones federales han ido disminuyendo el presupuesto para estos planteles educativos, toda vez que el objetivo cardenista de formar líderes comunitarios, no sólo docentes, resultó incómodo para los sucesivos regímenes.

Además, el propósito original, que era muy noble y funcionó por mucho tiempo, se fue desvirtuando, para dar paso a un modelo de presiones y chantajes por parte de los estudiantes con tal de conseguir poder y privilegios al interior o de dominar a otros estudiantes.

Así pues, con los años, algunas de las 17 escuelas normales rurales que quedan en el país se han ganado a pulso el estigma de ser muy problemáticas, de difícil manejo para cada gobierno en turno, y una de ellas es, precisamente, la J. Guadalupe Aguilera.

Hace unos cuantos años, por ejemplo, perdió la vida allí dentro un alumno de nuevo ingreso, quien fue sometido a torturas y prácticas humillantes como parte de la trágica “novatada”. Las autoridades se vieron timoratas al investigar y proceder contra los presuntos responsables de estos hechos. Fue entonces cuando trascendió tan sólo parte de la violencia interna en esta institución.

Por si esto fuera poco, a últimas fechas, las extravagancias y peticiones absurdas de los alumnos, o los representantes de ellos, han sido del dominio público, por lo que, en vez de recibir apoyo moral de la ciudadanía, son objeto de críticas y señalamientos.

Su modus operandi es la presión extrema y las autoridades educativas se convierten, una y otra vez, en rehenes de estos jóvenes, ahora caracterizados por ser afectar a terceros en un conflicto meramente estudiantil, como ocurrió ayer que les quitaron sus autos a varios automovilistas.

Claro que la postura del titular de Educación, Guillermo Adame, de no dialogar y menos negociar con ellos mientras le tengan tomadas las instalaciones de la dependencia, en nada ayuda a solucionar el problema. La negativa a enfrentarlos es la llave para aumentar su frustración y les da un pretexto para adoptar medidas radicales, en un juego de fuerzas de ver quién puede más.

Las movilizaciones de los normalistas de la J. Guadalupe Aguilera son la demostración de que la violencia no es estática, sino que escala niveles. Se habían atrevido al aseguramiento temporal de vehículos privados de algunas empresas, sobre todo repartidores de diversos productos, con total impunidad.

Después se atrevieron a la quema de algunos vehículos en más de una ocasión y ahora despojaron a particulares de sus unidades; o sea que, según se vislumbra, no están dispuestos a recibir negativas o falta de respuesta a sus demandas.

Ante ello, las autoridades de los distintos órdenes de gobierno están obligadas a responder a la sociedad, obviamente con la ley en mano, si de ahora en adelante los estudiantes normalistas de Durango adquieren ya el estatus de grupos delincuenciales. Al tiempo.

COLMILLOS Y GARRAS

Y DALE CON el reinicio de los bombardeos de nubes para provocar lluvias en el estado. El secretario de Agricultura, Ricardo Navarrete Gómez, dijo que durante todo el mes en curso se hará; entonces, son de esperarse aguaceros continuos para remediar la situación. Veremos… LA ESCASEZ DE lluvias en Durango durante agosto, históricamente el mes más lluvioso en la entidad, alcanzó el 65.5 por ciento, es decir, sólo llovió un 35.5 por ciento de lo esperado. Durante todo el año, Durango se ha mantenido en un nivel muy bajo en cuanto a esto, con severas consecuencias para el campo y aumento en productos básicos, como el frijol… ANDAN MUY ACTIVAS las cuadrillas tapando baches en distintos sectores de la ciudad, sobre todo en la zona centro, aunque deberían “darse el rol” por el estacionamiento del Parque Guadiana, donde hay verdaderos cráteres en los que fácilmente se hunde hasta la mitad de una llanta mediana.

TWITTER: @rubencardenas10

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