Lo claro del Negro

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Otra vez el putrefacto olor a complicidad y miedo en el PAN

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El silencio en el Partido Acción Nacional en Durango luego de las declaraciones del gobernador Esteban Villegas Villarreal en las que desliza la idea de que el panismo no ganó la elección del 2016, o sea, de la última administración, encabezada por José Aispuro Torres, irradia un fétido olor a complicidad y miedo.

La verdad de las cosas, Villegas ofendió no sólo al PAN, sino a todos los que en Durango votaron por Aispuro en el 2016, que fue una inmensa mayoría. El sol no se puede ocultar con un dedo, ni mentir a despoblado, porque en Durango sabemos que Aispuro ganó ampliamente la elección del 2016; entonces, no admitir la derrota sólo demuestra inmadurez política.

Si algo bueno hizo Aispuro en el 2016 fue ganar la elección con todas las de la ley, que después haya sido un fracaso como gobernador y sea responsable, en gran medida, del despilfarro financiero que heredó a la actual administración estatal, es otra cosa. Incluso, los duranguenses seguimos exigiendo justicia ante ese mal uso de los recursos públicos y que paguen los responsables con todo el peso de la ley, haya sido, quien haya sido.

Lo inadmisible es que un partido, como el PAN, agache la cabeza y digiera en sepulcral silencio una ofensa tan grave de un socio electoral, como es el PRI, liderado por el gobernador Esteban Villegas. Nadie en el PAN se ha atrevido a advertirle al mandatario de Durango que cometió un error de tacto político, porque vivimos tiempos electorales y, por si fuera poco,  PRI y PAN, así como el PRD, lucharán unidos en la contienda del 2024. En este contexto, Esteban Villegas le hace un muy flaco favor a sus socios de coalición al lanzar tan ofensivas acusaciones, además de “falsas de toda falsedad”.

Jamás lo admitirán, pero con esa actitud de silencio, los líderes del PAN en Durango sólo demuestran miedo o complicidad con el gobierno del estado, por lo cual evidencian a un panismo local sin defensa ante las adversidades de la actualidad. Los panistas que quedan en Durango, sean muchos o pocos, no  solamente están mal representados, sino en la orfandad absoluta, sin líderes que den la cara por ellos, sin nadie que los defienda y expuestos a los embates de cualquier actor político, lo cual es una pena y motivo de deshonra para el panismo luchón por el fortalecimiento de la democracia.

Tampoco lo admitirán, pero esta ofensa lacerante del gobernador Villegas abrió una herida que no sanará con facilidad en el curso del presente proceso electoral. Si la coalición PAN, PRI y PRD ya tenía profundas diferencias rumbo al 2024, en Durango este artero ataque lanzado a la ciudadanía, que decidió la victoria de Aispuro en el 2016, constituye una afrenta que tendrá repercusiones en las urnas, pese al silencio cómplice de quienes están al frente del panismo estatal en la actualidad.

¿Es tanto lo que los miembros del Comité Directivo Estatal del PAN y liderazgos partidistas le deben al gobierno del estado? Se sabía de un gran compromiso y sometimiento, pero no a este grado. Da vergüenza e PAN en este tiempo.

TWITTER: @DgoRET83

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