Visita de Blinken a China: urge restablecer la comunicación

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El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, visitará China en un momento de crecientes tensiones por Taiwán y la falta de comunicación entre Washington y Pekín parece más peligrosa que nunca.

El objetivo principal del secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, durante su visita de dos días (18 y 19 de junio) a China será restablecer cauces fiables de comunicación.

Hace apenas dos semanas, se produjo un incidente entre un buque de guerra chino y uno estadounidense en el Estrecho de Taiwán. Para China se trató de un ejercicio conjunto «legal» y «seguro», pero para Estados Unidos fue «inseguro y poco profesional». Más preocupante que el amago de colisión fue el hecho de que las superpotencias más grandes del mundo se comunicaran a través de los medios de comunicación.

Washington no lo ha declarado como incidente diplomático, subrayando así su preocupación por evitar una mayor escalada. «Creo que va a ser un proceso largo y arduo el restablecer desde cero los canales de comunicación con Pekín», dijo a DW Noah Barkin, analista de China y asesor principal del instituto de investigación Rhodium Group. Estima que la visita de Blinken a China será parte de un «proceso delicado» y sin grandes resultados.

Se espera que Blinken y el ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, hablen sobre Taiwán, el apoyo de China a Rusia en relación con Ucrania y hasta de informes sobre una instalación de espionaje chino en Cuba.

El coordinador de la Casa Blanca para asuntos del Indo-Pacífico, Kurt Campbell, cree que «ambas partes tienen interés en mantener líneas de comunicación consistentes, claras y abiertas», a pesar de la creciente irritación china por el compromiso de Washington en una región que Pekín considera su patio trasero.

Competir con China en Asia

El presidente estadounidense Biden declaró una «nueva era» de cooperación en el Indo-Pacífico en 2022, que involucra a más de una docena de estados asiáticos, incluidos Japón, Filipinas y Corea del Sur.

EE. UU. se aseguró el acceso a cuatro bases militares más solo en Filipinas, y China ve esta nueva dinámica en la política asiática de Washington como una provocación constante.

Además, Estados Unidos sigue preocupado de que China pueda suministrar armas a Rusia contra Ucrania, de lo que hasta ahora no hay evidencias. Por otro lado, Pekín podría preguntar por qué debería considerar entregar armas a Rusia de manera diferente a como lo hace Estados Unidos y sus aliados a Ucrania, cuestiona Dean Cheng, asesor jefe del grupo de expertos del Instituo para la Paz en Estados Unidos.

Un alto funcionario de EE. UU. describió la misión de Blinken como «una serie de compromisos realmente críticos» que llegan «en un momento crucial» con una posible visita del presidente Biden a Pekín, quizá a finales de 2023. Dicha cumbre podría contribuir a estabilizar el enfrentamiento sobre Taiwán.

Nadie quiere un conflicto

«No creo que nadie quiera un conflicto en el Estrecho de Taiwán. Pero enviar los mensajes correctos es difícil, sobre todo cuando en Pekín ven casi todo lo que se está haciendo en Taiwán como una provocación”, subrayó el analista Barkin.

Desde la aparición del globo espía chino en febrero, los miembros del Congreso de EE. UU. se han superado en su retórica de «mano dura con China». Frente a los controles de exportación de chips de alta tecnología y otras tecnologías futuras, se espera que la parte china pida concesiones a Washington, dijo Barkin.

A pesar de las prohibiciones a la exportación, Barkin considera que el comercio es la fuente de estabilidad más prometedora, ya que «Estados Unidos y sus aliados están luchando por encontrar la mejor manera de evitar un conflicto». Las prohibiciones de exportación de tecnología de EE. UU. contra China, implementadas en octubre pasado, van desde software hasta equipos utilizados para producir chips de computadora avanzados. Cheng dijo que ha sido un «shock» para los líderes chinos descubrir que son «notablemente dependientes del software y hardware occidental». Se espera que China busque garantías de que EE. UU. se abstenga de aplicar más restricciones a la exportación.

Además, docenas de organizaciones de derechos humanos han firmado una carta antes de la visita de Blinken a Pekín sobre temas que van desde el genocidio de los uigures hasta la libertad de prensa. Blinken se enfrenta nada menos que al desafío de reafirmar las posiciones de EE. UU. y crear puentes para evitar una gran desconexión diplomática.

Redacción Voz Libre con información de dw.com

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