Lo claro del Negro

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La UJED no debe acabar como el gobierno de Aispuro

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El panorama de la Universidad Juárez no es preocupante, sino crítico, grave. A un año de que concluya el actual rectorado de Rubén Solís Ríos, requiere de soluciones urgentes porque hay riesgo inminente de que sus finanzas acaben como las del gobierno del estado, cuando José Aispuro dejó el cargo, el año pasado.

Lo que vemos y sabemos que está pasando en la UJED es un facsímil de lo que ocurrió con Aispuro y su administración, cuyo desastre final tiene en serio padecimiento a la mayoría de los duranguenses, que no a todos, porque algunos engrosaron muy bien su patrimonio, como se sabe.

La Universidad Juárez viene arrastrando una serie de actos de corrupción durante las últimas décadas, sus males no son de ahora, pero indudablemente que se han multiplicado, la bola de nieve ha crecido y podría ser aplastante. Esta institución educativa, la más grande del estado, ha padecido las malas decisiones de otros rectores y de regímenes que han violentado su autonomía a manos llenas.

No puede olvidarse, aunque quedó impune, la flagrante violación del régimen de Jorge Herrera Caldera, que quitó al rector, impuso a una de sus incondicionales, luego la cambió por otro de los suyos y finalmente terminó el ciclo Erasmo Návar, quien también fue uno de sus cercanos colaboradores.

Herrera Caldera, como para expiar sus culpas, respaldó económicamente a la UJED con una mano, pero con la otra la despojó de parte de su patrimonio, como el predio del Cerro de los Remedios, donde se intentó construir una torre de departamentos que quedó en “obra negra” a la fecha. Hasta hoy nadie ha reclamado que gran parte de ese terreno es de la UJED y claro que se puede recuperar, pero nadie se atreve a intentarlo.

Y después de ese sexenio, Aispuro dejó adeudos por más de 304 millones de pesos, tampoco parece muy interesada la Fiscalía Anticorrupción en proceder en contra de los autores de este desvío, pese a que en tiempo y forma fueron presentadas las denuncias por parte de los directivos universitarios.

Todo esto mantiene en un desorden financiero a la UJED, no alcanza ni para lo prioritario. Hay deuda millonaria con las bonificaciones a trabajadores afiliados a los tres sindicatos universitarios, se les debe a proveedores, al ISSSTE, por lo que muy pronto se les estaría quitando la atención a la salud a docentes y administrativos. Y para colmo de males, hasta los extrabajadores están ganando todos los juicios laborales que interponen y, como no hay para pagarles lo correspondiente a despidos injustificados, le están embargando hasta las unidades de transporte.

Es por demás sospechoso que todas las demandas de trabajadores las esté perdiendo la UJED. O su departamento jurídico es ineficaz o hay moche de por medio, no hay más. Por el bien de los universitarios debe aclararse este problema que no es menor para la administración de la institución.

Estamos a un año de la sucesión en la rectoría universitaria. Se está a tiempo de corregir el rumbo y llamar a cuentas a quienes han descarrilado el rumbo de la UJED y afectado a toda la comunidad universitaria, incluso a todo el estado, porque en Durango todos tenemos alguna conexión con ella. Hay que salvarla porque es nuestra máxima casa de estudios. Es la gran forjadora de generaciones de profesionistas que deben contribuir a un mejor estado.

TWITTER: @Rodolfo28503247

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