Es oficial: Turquía deberá votar en una inusitada segunda vuelta electoral el 28 de mayo, entre el presidente islamoconservador Recep Tayyip Erdogan y su principal rival, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu.
Tras el escrutinio de más del 99 por ciento de los votos de las elecciones presidenciales y legislativas en Turquía, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, recabó el 49,4 por ciento, y su principal oponente un 44,95 por ciento; un resultado mejor de lo esperado para el jefe del Estado, a quien los últimos sondeos situaban en desventaja.
Erdogan perdió así la mayoría absoluta en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, anunciaron oficialmente las autoridades electorales de Ankara. El presidente de la Comisión Electoral, Ahmet Yener, indicó que con el recuento prácticamente terminado, ninguno de los candidatos logrará superar el 50 % de los votos.
A la oposición, que el domingo afirmaba estar «a la cabeza», estas cifras le sentaron como una ducha fría. «Si nuestra nación dice segunda vuelta, nosotros absolutamente ganaremos en la segunda vuelta», sostuvo este lunes (15.05.2023) de madrugada Kemal Kiliçdaroglu, que lidera una amplia coalición de seis partidos opositores, afirmando que «la voluntad de cambio en la sociedad es más grande que el 50 por ciento».
Erdogan, reelegido en 2018 en la primera vuelta de las presidenciales, también compareció el domingo por la noche ante una multitud de simpatizantes. «Creo sinceramente que seguiremos sirviendo a nuestro pueblo en los próximos cinco años», lanzó Erdogan, que lleva desde 2003 en el poder.
Además, su formación, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamoconservador), parece estar en condiciones de conservar su mayoría en el Parlamento. En las últimas semanas, Erdogan hizo varias promesas electorales destinadas a frenar la fuerte inflación que azota el país y que parecía jugar en su contra.
Batalla de cifras «hasta el final»
Los 64 millones de electores turcos acudieron masivamente a las urnas, llevando la tasa de participación provisional a casi el 90 por ciento. Hasta bien entrada la noche, ambos bandos libraron una batalla de cifras, instando a sus observadores respectivos a permanecer en los lugares de recuento de votos «hasta el final».
El bando de Kiliçdaroglu no tardó en refutar las primeras cifras, que daban una cómoda ventaja a Erdogan, afirmando que los resultados de los colegios electorales más favorables al candidato de la oposición todavía no habían sido contabilizados por los múltiples recursos presentados, que ralentizaron el escrutinio.
El resultado de la segunda vuelta dependerá en parte de un tercer hombre, el nacionalista Sinan Ogan, que recabó cerca del 5% de los votos el domingo. De momento, todavía no llamó a sus simpatizantes a votar por ninguno de los dos candidatos.
Turquía forma parte de la OTAN y se encuentra en una ubicación estratégica -tiene una costa en el Mar Negro al norte y limita con Irán, Irak y Siria al sur- y las elecciones despertaban un gran interés sobre si el país seguiría bajo el control de un presidente cada vez más autoritario o si podría tomar una senda más democrática defendida por Kilicdaroglu.
La bolsa y la lira caen
En medio de esta incertidumbre, la Bolsa de Estambul inició la jornada con una bajada inicial del 6 por ciento, pero se recuperó ligeramente después de que las autoridades interrumpieron las transacciones para evitar una venta masiva de acciones, un mecanismo que la Bolsa ha aplicado frecuentemente en el último año.
Mientras, la lira oscilaba alrededor de 19,6 unidades por dólar, su peor valor histórico, salvando una momentánea bajada del viernes pasado que alcanzaba cotas similares, y marcando una pérdida acumulada de un 1 por ciento desde inicios del mes.
Desde el verano pasado, la lira ha perdido valor respecto al dólar de forma paulatina, con solo mínimas oscilaciones, y muchos analistas turcos advierten de que el Banco Central turco mantiene el cambio artificialmente estable mediante intervenciones y restricciones a la compra de divisas por parte de las empresas.
De hecho, en las últimas semanas, los cambistas del Gran Bazar de Estambul han empezado a ofrecer tasas de cambio que por primera vez en décadas difieren de las oficiales, con la lira hasta un diez por ciento más barata que en el banco.
Redacción Voz Libre con información de dw.com