China ha acusado a Estados Unidos de intentar «contener» el desarrollo de Pekín y ha organizado varias cumbres sin precedentes. Tras una serie de escaramuzas diplomáticas, China y Estados Unidos parecen encaminarse hacia otra espiral de deterioro de sus relaciones. La semana pasada, durante las reuniones legislativas anuales, los máximos dirigentes chinos acusaron a Washington de poner en marcha una extensa «contención» y «supresión» de Pekín, lo que ha provocado que los lazos bilaterales sigan empeorando.
«Los países occidentales, liderados por Estados Unidos, han aplicado una contención, un cerco y una represión generalizados contra China, lo que ha supuesto graves desafíos sin precedentes para el desarrollo de nuestro país», declaró el líder chino, Xi Jinping.
El ministro de Asuntos Exteriores, Qin Gang, también advirtió de un posible conflicto entre ambos países. «Si Estados Unidos no pisa el freno, sino que sigue acelerando por el camino equivocado, no hay barandilla que pueda evitar el descarrilamiento, y seguramente habrá conflicto y enfrentamiento», declaró Qin durante su primera conferencia de prensa como ministro de Asuntos Exteriores de China.
«Xi mantuvo cumbres con líderes de Irán, Bielorrusia y Turkmenistán, pero también recibió en Pekín al canciller alemán, Olaf Scholz, mientras que el presidente francés,Emmanuel Macron, y el primer ministro australiano, Anthony Albanese, visitarán probablemente China a finales de este año», dice a DW Zhiqun Zhu, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Bucknell, en Estados Unidos. «Todas estas [cumbres] forman parte de la estrategia diplomática para hacer retroceder el esfuerzo liderado por Estados Unidos para contrarrestar a China», añadió.
¿China como proveedor de paz?
China cree que su entorno exterior estará lleno de incertidumbre y factores impredecibles, especialmente a la luz de la guerra en Ucrania. Sari Arho Havren, investigadora visitante en la Universidad de Helsinki, afirma que el difícil entorno exterior ha obligado a Pekín a reajustar su política exterior en múltiples ámbitos.
«Un elemento importante de la realineación de su política exterior es la creciente determinación de Pekín por controlar la narrativa internacional, presentando a China como el proveedor pacífico de seguridad global y actor equilibrador, mientras retrata a Estados Unidos como el agresor que alimenta y provoca conflictos en lugar de intentar prevenirlos», destaca la experta.
Havren cree que, en el actual contexto geopolítico, en el que la competencia entre China y Estados Unidos sigue intensificándose, es probable que China mantenga lazos más estrechos con Rusia, ya que Pekín considera a Moscú un «valioso socio a varios niveles» en la rivalidad con el bloque occidental liderado por Estados Unidos.
«China reconoce el papel de Rusia como potencia militar y nuclear influyente y Pekín comprende las preocupaciones de Rusia en materia de seguridad y simpatiza con sus esferas de intereses», explica Havren a DW. Sus intereses en la transformación del orden mundial están alineados». Un año después de la invasión rusa de Ucrania, las relaciones entre China y Rusia no han hecho más que estrecharse.»
En cuanto a cómo pueden responder los países del Indo-Pacífico a una China cada vez más ambiciosa, Sana Hashmi, becaria postdoctoral de la Taiwan-Asia Exchange Foundation de Taipei, asegura que la región ha entrado en un «periodo de iniciativa colectiva», en el que más países se están convirtiendo en socios potenciales para garantizar la seguridad regional.
«Estados Unidos no es visto como el único país responsable de proporcionar seguridad, y países como India se están convirtiendo cada vez más en socios potenciales», dice Hashmi a DW. «Hay una responsabilidad compartida de crear iniciativas de seguridad y crear un entorno de paz y estabilidad».
Redacción Voz Libre con información de dw.com