Los ciudadanos deben reconstruir el país, no los partidos
¿Qué sigue después de la manifestación del pasado día 26? La lucha en defensa de la democracia no puede ni debe detenerse, menos cuando quedó demostrado que cada día son más los ciudadanos hartos del gobierno retrógrada del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La participación de multitudes en las principales ciudades del país y en algunas del extranjero en un movimiento demandante de la permanencia de la democracia en nuestro país, dejó un claro mensaje para partidos y ciudadanos que debe ser entendido: En México, la fuerza de la oposición en este momento está en los ciudadanos, no en los partidos políticos, que desde hace años han desilusionado a los electores y siguen decididos a no cambiar.
Ni siquiera deben intentar encabezar esta lucha ejemplar demostrada en esa manifestación del 26 pasado, porque ya no tienen la fuerza para desplazar a quienes verdaderamente buscan un mejor país para sus hijos. Los partidos políticos ya perdieron credibilidad, así como la cualidad de trabajar por una mejor patria para todos, siguen empecinados en intereses personales y cupulares.
Debe quedarnos claro a todos los mexicanos que el futuro del país está en juego. El gobierno de AMLO por supuesto que no está dispuesto a ceder terreno frente a no ciudadanía que está despertando después de cuatro años de un sexenio que ha perjudicado a México no sólo en lo económico, sino en lo político y lo social.
En el gobierno de AMLO y los ámbitos de MORENA saben muy bien que los partidos políticos ya no convocaron a los miles que estuvieron presentes en el plantón del domingo anterior, la fuerza es ciudadana, entonces no tienen cara de minimizar una expresión tan ejemplar; a los partidos no les queda más que sumarse a los ciudadanos, a figuras relevantes que desde la sociedad asuman un liderazgo próspero, capaz de ensamblar ideologías, de unir intereses de esos partidos empequeñecidos y de todas las fuerzas políticas dispersas, para alcanzar un objetivo común: México.
López Obrador puede seguir subestimando a los partidos, pero no a la sociedad, la cual polarizada y todo dio una demostración de que puede organizarse para defender sus derechos y la democracia. Ni duda cabe que la sociedad mexicana puede hacer política y comenzó a exigir espacios. Nadie puede dejar de lado esta realidad, es cierto que, como en todo el mundo, en nuestra patria el acceso para alcanzar el poder es a través de los partidos políticos, pero estos deben entender que las batallas electorales se operan y ganan con inteligencia de los combatientes, que siempre son ciudadanos, no miembros de las cúpulas partidistas.
El país demanda unidad frente a tanta crispación y solamente la fuerza ciudadana tiene la capacidad de amalgamar tanta inconformidad y acabar con el rencor social. La batalla para recuperar el país no es fácil, pero es momento de intentarlo. Será complejo remplazar el sistema de dádivas a millones de mexicanos, así como el rol de las fuerzas armadas, pero se puede dando pasos firmes, sin aplicar recetas simples, sino echando a andar estrategias eficaces desde una base eminentemente social.
La política ha cambiado en México, más no los políticos. Llegó la hora en que sean ciudadanos quienes ejerzan la política. Muy pronto desaparecerán los partidos si no lo entienden. La ciudadanía está llamada a reconstruir el país, a terminar con la polarización, si es que se anhela vivir en una democracia plena.
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