Al tiempo.

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Nunca debatieron Elizondo y Silerio, pero hicieron historia en TV.

En la elección de 1992 para renovar la gubernatura de Durango, los dos aspirantes eran ampliamente conocidos en las lides políticas: Maximiliano Silerio Esparza, del PRI y Rodolfo Elizondo Torres, del Partido Acción Nacional, quien “se la había jugado” seis años antes precisamente para ese cargo frente al priísta José Ramírez Gamero. El entorno político en nuestro estado era, como hoy, muy cambiante y daba sus sorpresas.

En aquellos años, iniciaba un proyecto noticioso televisivo en Durango, a cargo de un equipo encabezado por un servidor y otros compañeros. El diseño contemplaba dos emisiones de noticias y un programa nocturno diario; además, se grababan flashes informativos con lo más importante para ser trasmitidos en la estación radiofónica hermana del canal.

En ese trajín diario se nos vino el destape del candidato del PRI y también la segunda nominación de Elizondo Torres, así que vimos, como periodistas, la oportunidad de hacer algo que fuera novedoso para la época, como un debate televisado. Claro, al no existir  antecedente de un ejercicio mediático tal en Durango, la propuesta era arriesgada.

Desconfiados como hasta hoy, los priistas sospechaban que “alguien” estaba atrás de la idea con el objetivo de descarrilar a su candidato Maximiliano Silerio, porque, según aseguraban dentro de su partido, iba muy bien y le llevaba una abrumadora ventaja a su contrincante del blanquiazul, lo cual era de dudarse.

En el PAN, en cambio, desde el principio sí aceptaron el debate, porque sabían que Elizondo estaba puesto para hablar de la corrupción, de los graves errores y los cacicazgos dentro del PRI, aunque exigieron una reunión para establecer formato y temas a debatir. Allí fue donde, aparentemente, las agendas de los candidatos impidieron que las cosas caminaran.

Esa reunión nunca se dio y quedó la impresión en el público que el PRI evitaba exponer a su candidato, quien después dijo que sí participaría, pero sin estar frente a frente, sino en entrevistas separadas sobre los mismos temas. O sea, no era debate.

Fueron nueve temas y en ambos partidos quisieron conocer las preguntas por adelantado, seguramente para no encontrarse con sorpresas y, ya cuando se envió el cuestionario, los primeros en oponerse fueron los panistas. “Estas preguntas están medio marcianas”, me dijo, agrandando los ojos, Salvador Salum, quien en ese tiempo era dirigente estatal del blanquiazul. Algo por el estilo dijeron los priistas y ambos tenían razón,

Resulta que un intelectual muy zalamero, cercano a la directiva del canal, se había ofrecido a ser el autor del cuestionario, pero el planteamiento de cada pregunta era confuso y enredado, así que fue rechazado de entrada. De urgencia, se nos encomendó la tarea de formular un nuevo contenido, que de inmediato se aprobó y ninguno de los candidatos puso excusas.

Así pues, previo a una gira por la zona serrana, Silerio Esparza pidió que la entrevista fuera grabada en el hangar del aeropuerto; se desenvolvió bien, vestido muy formal, aunque no ahondó mucho en los temas. En tanto, Elizondo nos citó en la sede panista y quiso aparecer a cuadro en camiseta tipo Polo oscura. Se puede decir que ambos mostraron buen talante a la hora de contestar lo que harían respecto a temas muy relevantes para la ciudadanía.

Los panistas vieron a Elizondo como un mejor candidato y los priistas a Silerio, como era de esperarse. Lo único que reclamaron los panistas tras la emisión del pretendido debate, fue que intencionalmente provocamos que su candidato saliera “muy oscuro”, como si a Rodolfo Elizondo se le conociera, en su tierra y a nivel nacional, por ser rubio.

Es la historia del camino recorrido para que un primer intento de debate viera la luz, sin saber que ese sería el instrumento preferido de quienes hoy buscan posicionar sus ideas a nivel popular; en el caso de ambos candidatos a la gubernatura, habría sido interesante verlos confrontar sus ideas cara a cara, aunque la historia sí registra este momento como algo único en Durango.

TWITTER @rubencardenas10

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