Lo claro del Negro.

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Como en los toros, Esteban debe ir “por las orejas y el rabo”.

Logo columna Elizondo

Cuando en la fiesta brava un novillero decide tomar la alternativa para convertirse en matador de toros y avanza por el paseíllo, debe jugarse la vida, esa tarde debe ir en busca de las orejas y el rabo del burel, ya que, de lo contrario, el público en los tendidos (graderío) no le aplaudirá y se irá a casa decepcionado. Ese torero se quedó en el intento, pues. En la tauromaquia y la política hay cierta analogía, un gobernante debe dar su máximo esfuerzo para ganarse el favor del electorado o decepcionara a quienes lo eligieron, de eso estamos muy cansados desde hace muchos años.

La fiesta brava, como la política, tiene sus tiempos, cada tercio tiene sus suertes y son ineludibles, todas deben cumplirse y dar paso hacia el final del objetivo: matar al toro de la manera más limpia posible, de una sola estocada. Claro que para llegar a eso, se requiere de  picadores avezados, puntuales, banderilleros y todo un equipo trabajando atrás del redondel.

Gobernar también exige de un equipo eficaz que auxilie al gobernante, que ya demasiada valentía ese mostrar al enfrentar un cúmulo de problemas de difícil solución.

Todo esto viene a cuenta porque el gobernador Esteban Villegas Villarreal desde el inicio de su mandato aseguró que tomaría “el toro por los cuernos”, que no se “andaría por las ramas”, y es lo menos que esperamos de él, porque ante las difíciles circunstancias actuales no se puede trabajar de otra manera.

Ayer se informó del aseguramiento de bienes, tanto muebles, como inmuebles, de una investigación que ya dio cuenta de un desvío mayor a los mil 447 millones de pesos u de otras investigaciones, por las que jueces de control ya concedieron por lo menos cuatro órdenes de aprehensión. Y es el inicio porque ya deben ir caminando también las indagatorias que responsabilicen a quienes se llevaron otros 330 millones de la UJED. Sólo en estos casos ya suman casi 2 mil millones de pesos los que “mordieron” al erario, al dinero de todos los que vivimos aquí.

Si Esteban Villegas decidió entrar al paseíllo para tomar la alternativa y “tomar el toro por los cuernos”, debe saber que tiene llenos los tendidos en la plaza, que esperan una faena suprema, porque ya han presenciado demasiados intentos de matadores de toros que no han cumplido la expectativa, incluso les han dado muchos “avisos”, de parte del juez de plaza, porque han fallado con la espada a la hora de matar al astado.

Quienes dejaron temblando y en un grito a Durango deben pagar por lo que hicieron y ya no hay reversa en la faena. El primer tercio ya empezó y deben cumplirse todas las suertes. Los tiempos deben cumplirse y lo que esperamos es un final de “orejas y rabo”, no merece menos Durango.

TWITTER: DgoRET83

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